Opinion | 30 Dic La Dirección Nacional de Meteorología emitió una alerta máxima de riesgo para incendio forestal, elevando a nivel rojo (riesgo muy alto) a todo el país. Teniendo en cuenta que la imprudencia de las personas es la principal causa de incendios forestales y de campo, el Sistema Nacional de Emergencias exhortó a tener cuidado y obrar con conciencia.
En este sentido, las autoridades informaron que “el suelo está seco” –vaya si lo estará-- y un elemento mínimo como un cigarrillo o la quema de hojas puede desatar un incendio. “En Uruguay no hay incendios forestales por causas naturales”, dijeron para luego señalar que desde el 1º de diciembre y hasta el 15 de abril está vigente el Edicto del Fuego, que prohíbe expresamente todo tipo de quemas.
Una de las causas más usuales de estos siniestros es el descuido y la quema de campo o basurales. En este sentido, hasta la más pequeña fogata puede desatar un feroz incendio, por lo que cabe tener en cuenta la recomendación especialmente ahora que está iniciándose el período de vacaciones de verano y aumenta el número de campamentistas, así como de viajeros en las rutas.
Especialmente en este último caso es aconsejable no sólo no tirar colillas de cigarrillos sino evitar arrojar botellas de vidrio o plásticas, algo que no debería hacerse en nunca si queremos proteger el medioambiente, pero que en estas especiales circunstancias adquiere una peligrosidad mayor y más inmediata.
La Dirección Nacional de Bomberos registró el martes sólo en Montevideo cien salidas por siniestros vinculados con el fuego, pero en el mes hubo otros de gran importancia como los ocurridos en el Cilindro Municipal de Montevideo, Punta Yeguas, Jaureguiberry y la propia Terminal de Tres Cruces o el que derrumbó una fábrica de insumos navideños.
En tanto, Paysandú ha llegado a una cifra récord de incendios y en lo que va del año son más de 600, superando ampliamente los del 2009, según lo informado por el Destacamento de Bomberos. Este hecho, ha determinado que Paysandú sea el único departamento de la región que ha recibido refuerzos de personal, lo que no es otra cosa que el reconocimiento de su nivel de riesgo.
En conclusión, ya sea a la hora de viajar o ante la proximidad de una nueva noche de pirotecnia para recibir el Año Nuevo, cabe reiterar el pedido de prudencia. O recordar que ya hay personas procesadas –aunque menos de las que debieran-- por haber iniciado incendios por descuido o negligencia.