Opinion | 02 Ene De acuerdo a un informe publicado recientemente en nuestras páginas, en los últimos 72 meses el empalme de las rutas 3 y 26 fue escenario de 34 accidentes de tránsito que dejaron el lamentable saldo de tres muertes y 28 lesionados. La cifra, si bien preocupante, podría ser mayor, ya que el referido cruce es realmente peligroso, merced a la deficiente señalización, particularmente compleja para los conductores que se desplazan por Ruta 26 y pretenden tomar Ruta 3. Incluso, para quienes habitualmente transitamos por ese lugar, resulta bastante difícil determinar cuál es la vía correcta para cambiar de ruta, lo que demuestra que el dilema es mucho mayor para los conductores extranjeros, quienes se encuentran con una verdadera trampa mortal,
Si bien se trata de un reclamo de larga data, recientemente el diputado colorado Walter Verri planteó el problema en la media hora previa de la sesión parlamentaria, en cuyo transcurso se manifestó particularmente preocupado, ya que el 52 por ciento de los vehículos que protagonizaron estos accidentes eran argentinos “Se acerca la época estival y es un cruce permanente de argentinos que van hacia Brasil, y es altamente probable que vuelva a haber accidentes”, planteó el legislador, quien exigió soluciones al Ministerio de Transporte y Obras Públicas.
Es innegable que señalizar rutas nacionales no es tarea sencilla, ya que las advertencias deben ubicarse en el sitio preciso, dado que los conductores –debido a la velocidad la que viajan-- deben tomar decisiones en segundos. La circunstancia que se plantea en este empalme remite a una mala planificación y peor ejecución de obra, lo que se traduce en cifras de siniestralidad realmente alarmantes, pero lo importante es no perder más tiempo, tomar cartas en el asunto y evitar que la temporada veraniega avance sin que se haya hecho algo al respecto.
También es verdad que una obra vial de esta naturaleza no puede hacerse de un día para otro, pero por lo menos –durante el verano-- podría instalarse señalización alternativa o instrumentar alguna estrategia para evitar que sigan ocurriendo accidentes. La falta de planificación ya no puede solucionarse, pero es posible comenzar a trabajar ya mismo para que, cuanto antes, este lugar deje de ser una amenaza.