Opinion | 05 Ene Oportunidad y pertinencia. Dos palabras que deben contemplar de manera permanente los gobernantes, sean nacionales, departamentales o locales. No siempre es oportuno tomar determinadas medidas o hacer determinadas acciones. Del mismo modo, no siempre son pertinentes.
Sin dudas, no resulta sencilla la tarea de ningún gobernante, pues si bien es mirado con beneplácito por sus simpatizantes, su gestión es observada como con rayos equis por sus opositores. Toda acción tiene su reacción y la de los unos y los otros es ciertamente diferente, lo que precisamente hace compleja la tarea de gobernar, pues hay que hacerlo pensando en todos cuando solamente se cuenta con el apoyo de una parte de ese todo.
La inteligencia del gobernante se aprecia en su estilo de gobernar, en su forma de abrirse paso entre los aplausos y los pulgares hacia abajo para alcanzar los objetivos políticos que se planteó al presentar su candidatura, satisfaciendo las necesidades de sus gobernados.
Hay veces que eso no se aprecia pero sí --a simple vista-- se ven los errores. En la víspera, el intendente de Paysandú, acompañado por directores municipales, partió de gira por el interior del departamento, desde Tambores a Guichón, visitando nueve localidades donde hay juntas locales y municipios. En Cerro Chato mantuvo una reunión con los vecinos y eso ciertamente es algo valioso, porque el contacto directo con los que menos posibilidades de llegar ante su presencia tienen es importante, especialmente en el caso de aquellos que viven en el Paysandú profundo.
Pero en los restantes ocho sitios la “misión” fue otra, la de saludar a los funcionarios municipales, algo que no solamente no fue estilo de los anteriores intendentes sino que no es posible enmarcarlo dentro de las tareas de un gobernante, que usó la estructura de la Intendencia para su gira, así como el personal, lo que implica que incurrió en gastos públicos para cumplir una acción que es gentil pero no de gobierno.
Lo que debe exigírseles a los gobernantes es que gobiernen. Cuando nos gusten sus actos como cuando no. Pero no puede aceptarse que se esté fuera de la ciudad capital, estando en funciones, todo un día, simplemente para estrechar la mano de algunos funcionarios en el interior del departamento. No es esa su tarea, no es para eso que fue votado, no es lo que se espera de un intendente departamental.