Nacionales | 06 Ene Quiere más oposición
Luis Alberto Lacalle sabe que el Partido Nacional es oposición pero es consciente que no logra dar en la tecla en ese papel. Es por eso que el presidente del directorio del Partido Nacional apunta a acentuar el perfil opositor a partir de marzo.
Entrevistado por el semanario La Democracia, Lacalle informó que a partir de marzo comienza el segundo año del gobierno de José Mujica, y el Partido Nacional deberá “hacer más marcada esa oposición”. Para ello, redactará “un plan estratégico” que incluirá referencias al perfil opositor. “Como presidente de Unidad Nacional, yo creo en una mayor y más clara oposición”, dijo. “Vamos a tener que marcar muy bien los disensos con los compañeros de Alianza Nacional, para no dar la impresión de un partido fraccionado, sino simplemente articulado”, añadió en relación a las discrepancias con el senador Jorge Larrañaga.
Sin embargo, el propósito de Lacalle se enfrenta a un obstáculo: el líder de Alianza Nacional quiere mantenerse en diálogo con el gobierno. Meses atrás, Larrañaga dijo a Últimas Noticias que “de acuerdo a cómo es el gobierno, es la oposición”. “Al haber mayores canales de comunicación entre el gobierno y la oposición --que no existían en el anterior gobierno frenteamplista--, la tensión política se descomprime”, añadió.
“Almácigo de oferta”
Por otra parte, el líder nacionalista reclamó que la relación interna tenga “un año de una enorme prudencia” para evitar divisiones. “El partido puede despertar el nunca del todo muerto gen de divisiones, que yo he tratado durante toda mi vida de controlar. Pero al mismo tiempo es legítimo que el partido muestre matices, porque puede ser un plan estratégico válido”, añadió Lacalle.
Abogó porque haya “movimientos, algunos públicos, de opciones distintas” dentro del partido, que “tendría que ofrecer como un almácigo de oferta de propuesta interna. No quedar en dos columnas. Que haya tres, cuatro, las que la realidad les dé validez”.
“Está la gente del Movimiento de Rocha intentando la tercera vía dentro del partido, hay un grupo de intendentes que está queriendo tener una cierta individualidad o personalidad política nacional”, añadió. Para Lacalle, los movimientos internos son “factores de salud. Cuidado con querer tener un partido demasiado ordenado, porque a la opinión pública no se le ordena, ni se la encorseta”.
Sote en asistencia
Ya sabemos que los legisladores no se caracterizan por preocuparse demasiado en estar presente en su banca. De 99, solo dos tuvieron sobresaliente en asistencia en la Cámara de Diputados en 2010, curiosamente ambos representantes de Canelones.
Consigna Últimas Noticias que ambas cámaras parlamentarias sesionaron 67 veces cada una durante el año pasado. Ningún senador asistió a todas las reuniones del cuerpo y sólo dos diputados fueron a la totalidad de sesiones. Los legisladores con asistencia perfecta fueron los representantes Dionisio Vivián (MPP) y Graciela Matiaude (Vamos Uruguay), ambos de Canelones.
Les siguieron Oscar Groba (MPP) y Juan Ángel Vázquez (Vamos Uruguay), pues ambos participaron de 66 sesiones. Con 64 ingresos a Sala, figuraron los independientes Iván Posada y Daniel Radío, así como el emepepista Julio Battistoni. Por el contrario, los representantes con mayor inasistencia son el nacionalista Ricardo Planchón, con veinte faltas, Fernando Amado (Vamos Uruguay) con 13, y Daniel Peña (Alianza Nacional) con 11 inasistencias. El senador que registró mayor número de asistencias fue el frenteamplista Jorge Saravia (Espacio 609), quien estuvo presente en 66 sesiones. Le sigue en orden Ope Pasquet (Vamos Uruguay) con 65 asistencias a plenarios y Ernesto Agazzi (MPP) con 63 asistencias. Los senadores que registraron mayor número de faltas son nacionalistas: Carlos Moreira (Alianza Nacional) tuvo trece faltas, Sergio Abreu (Alianza Nacional) y Francisco Gallinal (Correntada Wilsonista) tuvieron diez faltas.
Unir con voto cruzado
El senador de la CAP-L Eleuterio Fernández Huidobro quiere una reforma del sistema electoral y por ello propone limitar el balotaje y unir elección nacional y municipales con voto cruzado. “Este sistema es una extravagancia total. Junto a la mayoría del Frente Amplio, yo estuve en contra de la reforma constitucional de 1996 que instauró el sistema actual. Este país tan pequeño no puede tener una red tan prolongada de campañas electorales. Es una maratón impresionante para el pueblo y para los gastos del Estado, el funcionamiento del Parlamento y del gobierno. Todos aprendimos qué cosas buenas tiene la reforma constitucional y qué cosas son espantosas. Hay que tratar de ahorrar, simplificar y no hacer tan complicado eso”, dijo a El País.“Son dos años de permanente campaña electoral a un costo tremendo para el pueblo, que paga los gastos. Los legisladores tienen que hacer las tareas a medias durante ese período. Hicimos una experiencia que ya va para tres veces. ¡Por favor, saquemos conclusiones evidentes! Una es la del balotaje, rompe los ojos, es absurdo”, añadió.