Opinion | 06 Ene Gracias a la instrumentación del Plan de Incendios Forestales y a los recaudos adoptados por las empresas que trabajan en este segmento, la incidencia de incendios de campo y específicamente forestales en nuestro país se mantiene dentro de lo previsto y hasta el momento no se produjeron siniestros de grandes proporciones. Asimismo, la costa océanica permanece relativamente tranquila y los incendios, en su mayoría de menor envergadura, no afectaron grandes áreas de bosque ni amenazaron poblados.
En declaraciones formuladas a radio “El Espectador”, el coordinador del Sistema Nacional de Emergencias, Gustavo Leal, aseguró que la mayor preocupación del gobierno es la zona de interfase entre montes y viviendas, en tanto recordó que hasta el momento hubo 1.800 intervenciones de Bomberos por quemas en campos sucios y, a nivel de la forestación industrial, “no ha habido ningún problema, porque las empresas forestales toman muchos recaudos”.
Mientras tanto, al norte del río Negro, el Destacamento local de Bomberos asumió la difícil tarea de convertirse en referente regional, para lo cual anexó tanto equipamiento como personal zafral. Si bien los primeros días del año registraron elevadas temperaturas, a diferencia de temporadas anteriores el escenario actual indica que la incidencia de incendios de campo y forestales en esta región es sensiblemente menor, lo que remite a una lenta pero visible toma de conciencia de la población y a una eficaz tarea de Bomberos en el área de prevención y divulgación de la normativa vigente.
Quizá el episodio de mayores proporciones haya sido el registrado en la zona noreste del departamento, donde un siniestro de campo consumió en horas varias hectáreas, pero fue finalmente controlado por los policías del fuego.
No obstante, a pesar de este inicio de temporada relativamente tranquilo, los ciudadanos deben seguir respetando las restricciones impuestas por el Edicto del Fuego, así como denunciar inmediatamente cualquier quema ilegal, ya que es la mejor estrategia para apoyar la labor de Bomberos, que si bien atraviesa un momento de relativa tranquilidad, puede verse desbordada por la peligrosa combinación de irresponsabilidad y condiciones climáticas adversas.