Paysandú, Martes 11 de Enero de 2011
Opinion | 07 Ene Las dificultades para el ordenamiento del tránsito en la ciudad se ha convertido en tema principal en nuestra comunidad. Basta leer nuestra sección “Cortocircuitos ciudadanos” para apreciar cotidianamente opiniones de nuestros lectores sobre este particular.
Sin dudas, las constantes infracciones a la Ordenanza de Tránsito, sin distinción de sexo, edad o nivel económico, están convirtiendo a Paysandú en un lugar donde se vive en peligro, no solamente cuando se transita en vehículos sino también a pie, y hasta cuando se participa como actor secundario, mirando una vidriera, por ejemplo.
Lo curioso es que pese a que del tránsito se habla todos los días, la situación no mejora, más bien lo contrario. Cada fin de semana los automovilistas sin cinturón de seguridad colocado, los motociclistas sin casco protector, los caños de escape libres, y la simple y contundente ley del más fuerte sitian el Paysandú de los que solamente queremos vivir tranquilos, en paz y felices.
Hasta ahora las medidas adoptadas han sido tibias y tampoco apropiadas. Los lomo de burro no reducen los excesos de velocidad ni el conducir imprudente. Los inspectores no pueden siquiera hacer que se detengan los infractores. Por alguna inexplicable razón tener una moto o un auto, para muchos, estimula una forma de vandalismo, al destruir la paz y tranquilidad ajena, al poner en peligro no solo su vida sino la de muchos otros.
Por qué el tránsito de Paysandú se ha tornado tan agresivo, es algo que deberá estudiarse en profundidad, desde que seguramente esconde causas muy complejas que deberán ser no solo consideradas sino combatidas con un plan a largo plazo de recuperación de lo mejor del ser sanducero.
Pero lo que es urgente, especialmente cuando hay una moto cada tres sanduceros y un auto cada seis, es frenar esta competencia por quien conduce peor o quien comete la infracción más severa. Y eso se logra solamente aplicando con rigor la Ordenanza. Duela a quien duela. El ingreso de 40 nuevos inspectores de tránsito no será por sí misma la solución, desde que corresponde actualizar la Ordenanza para darle las herramientas apropiadas para poder decomisar vehículos, por ejemplo. Hay que concretar la decisión de enviar al Clearing a quienes no paguen sus multas y hay que hacer que éstas se paguen de manera perentoria, independientemente de la patente de rodados. Y en la calle, por cada infracción que se aplique una multa. Mano dura con ellos.
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