Locales | 17 Ene En una jornada de domingo que prometía ser de pleno disfrute veraniego, con miles de personas en la costa del río Uruguay y en los balnearios de alternativa, el ingreso de un temporal desde el suroeste sobre las 17.15 en esta parte del territorio nacional fue frustrante para los bañistas y quienes gozaban de esparcimiento al aire libre, pero a la vez arrojó una luz de esperanza en el agro al aportar precipitaciones de diversa entidad.
Ya en las últimas horas la Dirección Nacional de Meteorología había dado el alerta naranja para todo el territorio nacional, con pronóstico de lluvias abundantes (de entre 50 y 100 milímetros), rachas de viento de corta duración de entre 75 y 120 kilómetros por hora y probable precipitación de granizo, aunque con la perspectiva de que en la madrugada esta amenaza se disiparía.
En Paysandú, tras una jornada de sábado agobiante, el domingo se presentó con una tónica similar desde el punto de vista climático, por lo que miles de sanduceros optaron --sobre todo en horas de la tarde-- por dirigirse a la costa y arroyos cercanos a la ciudad, cuando además la temperatura superaba los 38 grados, agravada por un descenso en la presión atmosférica que contribuyó a acentuar la sensación térmica de extremo bochorno.
Poco después de las 17, ya con cielo nublado y amenazante, se desataron fuertes vientos desde el sector suroeste, con rachas de hasta ochenta kilómetros por hora, en tanto en la periferia de la ciudad una intensa polvareda marcó el inicio de la tormenta por esta causa, desde que la lluvia tardó varios minutos en caer.
Precisamente hasta anoche en la ciudad los registros pluviométricos habían sido muy escasos, y en áreas rurales los valores habían sido variables, aunque se mantenía la expectativa de que por la noche se registraran lluvias que pudieran aliviar la situación de sequía en amplias zonas del departamento. Mientras tanto, la temperatura descendió bruscamente en pocos minutos, pasando de casi cuarenta a 20 grados por efectos del ingreso de una masa de aire fresco que acompañó la línea de inestabilidad.
El río Uruguay comenzó a descender ayer frente a las costas sanduceras, y se situaba anoche en 1,60 metros sobre el cero hidrográfico, luego que el sábado llegara a crecer a razón de cinco centímetros en la hora, como consecuencia de la mayor liberación de agua por el complejo hidroeléctrico de Salto Grande a efectos de satisfacer la demanda de electricidad.