Deportes | 14 Ene Pasó la euforia. Las luces del Conrad se apagaron, los flashes y las cámaras de televisión también. Y, como siempre sucede, tras el paso de la locura viene el tiempo de reflexión.
En ese camino aparecen seguramente muchas preguntas. Una de ellas surge naturalmente cuando las cosas salen mal o nos agobia algún problema, y es aquella con la que el director español Pedro Almodóvar nombró a una de sus primeras películas: “¿Qué he hecho yo para merecer esto?”
Pero esta pregunta también debe surgir cuando las cosas salen bien. Porque, por lo general, cuando se hacen bien las cosas se recogen los frutos. Pero a veces el fruto cae como por arte de magia, maduro y listo para comer.
¿A qué viene todo esto? A lo que sucederá de aquí en más con la boxeadora Cecilia Comunales. Puede decirse –y con acierto— que está verde, que debe mejorar muchísimo, que debe aprender todavía (quizás demasiado) arriba del ring. También podrán esgrimir que el cinto que ganó en el Conrad es de una entidad menor.
Pero no es menos cierto que le dio a este Paysandú alicaído, que ve pasar la vida por delante de sus ojos sin demasiado poder de reacción, la posibilidad de figurar a nivel internacional como desde hace mucho tiempo no sucedía. Mucha gente en casi toda Latinoamérica conoció el domingo anterior a Paysandú, sobre todo Guatemala, Costa Rica y también en Estados Unidos.
Ahora bien: después de la foto, de estar otra vez en el concierto internacional, de la alegría de la gente que puede palpitar estar frente a un proyecto de ídolo, bien vale repetirse la pregunta de Almodóvar. Y la respuesta es que Paysandú no ha hecho mucho. Comunales llegó a esta instancia a pulmón, sin apoyo alguno. Entrena “de prestada” en el proyecto sin terminar del gimnasio de Rodó, lugar en el que nunca podría estar entrenando un campeón, donde no hay luz y hay que acurrucarse en un rincón cuando llueve. Practica con el material de trabajo que le presta su técnico, y tampoco tiene colaboración para obtener los suplementos lógicos que requiere cualquier deportista de alta competencia.Esto es solo una muestra del sacrificio; no solo de Comunales, sino de la gran mayoría (por no decir todos) de los deportistas sanduceros. Y el paso de los flashes, las cámaras, las luces, del éxito en base al sacrificio personal o de pocas personas, debería dar paso rápidamente a la pregunta del título.
La respuesta a la interrogante puede ser, paradójicamente, otra pregunta. Quizás, ¿qué puedo hacer yo para seguir mereciendo esto?