Paysandú, Miércoles 19 de Enero de 2011

Falta de precipitaciones en la región afecta especialmente a los cultivos de segunda

Rurales | 14 Ene Técnicos del sector agrícola consultados por EL TELEGRAFO coinciden en que los cultivos de primera están bien implantados y con un buen desarrollo en general, pero los de segunda presentan variados problemas de implantación y sobre todo en el norte se está dando con frecuencia la muerte de plantas debido al déficit hídrico.
El ingeniero agrónomo Miguel Pastorini de la empresa Baselto SA, expresó su preocupación porque los cultivos de primera “están sintiendo mucho la falta de agua, lo que es bastante general tanto en el sur como al norte del país”. Más allá de reconocer que se trata de las “clásicas tormentas de verano”, las diferencias de registros son muy evidentes. El técnico sanducero sostuvo que “mientras en algunas zonas el pasado martes llovió entre 50 y 60 milímetros, en otras cercanas fue de 20 y en otras, nada”.
Los de segunda “están peleándose por implantarse, con chacras que están perdiendo muchas plantas a causa de la necesidad urgente de lluvias”.
En el caso de los sorgos de primera, dijo que “vienen bien, sin ninguna aplicación por lagarta, sucediendo algo similar con el maíz, pero si no cambia la situación hídrica en los próximos días, se verán comprometidos”.
Para el ingeniero agrónomo Edgardo Nasta, del departamento técnico de Copagran filial Paysandú, “hay cuatro elementos que están pesando en la variabilidad a nivel de cultivos. El determinante es la cantidad de agua que ha recibido cada zona, que es un verdadero mosaico, con guarismos de 2 a 5 milímetros y en otras cercanas de entre 30 y 50, e incluso tenemos datos de chacras en la Ruta 26 con registros de 70 milímetros”.
Agrega que “se ve una diferencia entre los cultivos de primera y los tempranos de segunda –que están bien--, con relación a los sembrados en forma más tardía, del 10 de diciembre para adelante”.
Otro elemento importante para Nasta es el suelo. “Hay claras diferencias entre los suelos de buen perfil y profundidad, con los marginales que no han logrado buenas reservas de agua, y se debe regar semanalmente”.
También un factor notorio “es el manejo del rastrojo, cómo han sido barbechados los cultivos, el control de maleza previo y en las etapas iniciales del cultivo”.
Adelantó que las perspectivas son más “halagüeñas”. Dijo que los anuncios prevén “enero, febrero y marzo con precipitaciones tendiendo a normalizarse, lo cual alienta porque puede darse una recuperación de los cultivos”.
En cuanto a lo sanitario y refiriéndose a la incidencia de lagarta y chinches en cultivos de soja, manifestó que el desarrollo “ha sido muy bajo y no ha pasado a categoría de plaga porque las poblaciones son muy bajas y están conviviendo de buena manera con el ambiente”. Según el citado profesional, “prácticamente no se han efectuado tratamientos, salvo algunos casos puntuales”.


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