HAY 16 EN PAYSANDÚ

Locales | 23 Ene El 70% de los integrantes de las cooperativas sociales existentes en Paysandú son mujeres de entre 30 y 65 años, jefas de hogar en muchos casos. Algunas han llegado a conformarlas luego de pasar por otros programas llevados adelante por el Ministerio de Desarrollo Social, como es el caso de “Uruguay Trabaja”. Realizan distintas y variadas actividades, incluidas algunas consideradas “de hombres” como la albañilería, desmalezamiento y mantenimiento de predios.
Las denominadas “cooperativas sociales” son emprendimientos productivos asociativos de tipo cooperativo, con el objetivo de crear puestos de trabajo genuinos en el marco de una cultura de participación y de gestión colectiva que tenga impacto tanto en las personas que lo integran como en la comunidad.
La mayor parte de este tipo de cooperativas existentes en el país está concentrada en los departamentos de Montevideo, Maldonado, Paysandú, Artigas y Canelones, pero las hay funcionando en más de quince departamentos del país, muchas de ellas vinculadas con el sector público y un porcentaje importante también con el sector privado.
Tienen la particularidad --al igual que en Paysandú-- de que aproximadamente el 70% de las personas que trabajan en ellas son mujeres y, al mismo tiempo, desarrollan una amplia gama de rubros de actividad, tales como mantenimiento integral de espacios verdes, albañilería, producción de dulces y conservas, elaboración de comida, panificación, producción agrícola, servicio de conserjería y vigilancia, tejidos y artesanías, entre otros.
16 SANDUCERAS
Según lo informado a EL TELEGRAFO por el doctor Ricardo Fleitas, coordinador territorial del Mides, en Paysandú existen 16 cooperativas sociales, las primeras de las cuales datan de 2007. Respecto al desarrollo de estas cooperativas dijo que ha sido “variado y con un proceso difícil, especialmente en lo que respecta a los aprendizajes de funcionamiento democrático en la interna” porque “hay una tendencia a mirar las cosas individualmente y buscar las soluciones para cada uno”.
“Es una situación que han sufrido estos grupos y llevaron a que muchas veces predominaran los problemas sociales por encima del bien colectivo. Con las instituciones públicas muchas veces también hemos tenido dificultades a la hora de dar una oportunidad a los cooperativistas sociales. Aún así, se continuó construyendo la oportunidad de trabajar”, dijo.
Agregó que en el marco de este proceso “algunas cooperativas sociales lograron vender sus servicios a empresas privadas, que las contrataron por períodos de tres meses, seis meses o un año” y que “hay empresas que actualmente están contratando cooperativas sociales para tareas puntuales de limpieza, mantenimiento de áreas verdes, jardinería y albañilería, entre otras”.
“Con logros y fracasos, se percibe un aprendizaje de cada cooperativa en este proceso de desarrollo, ya sea en la forma de encarar los problemas, defender sus derechos y, fundamentalmente, a nivel de la autoestima de sus integrantes al tener un trabajo que les permite vivir”.
“En ese sentido, quizá sean más los logros personales que a nivel del proceso de participación democrática colectiva, donde todavía queda mucho para desarrollar”, añadió Fleitas.
EL ROL DEL MIDES
La Ley 18.407 aprobada el 23 de octubre de 2008 le asigna al Ministerio de Desarrollo Social, a través de la Unidad de Cooperativas Sociales, las facultades de actuar con dichas cooperativas para su promoción y desarrollo, calificación, seguimiento y control.
Además, el Mides es responsable de la instrumentación del Registro Nacional de Cooperativas Sociales. Dicha repartición ministerial posee un equipo multidisciplinario para realizar acciones de promoción y desarrollo de grupos pre cooperativos y cooperativos, análisis y calificación de solicitudes de formación de cooperativas sociales, evaluación de la viabilidad social y económica de los grupos pre cooperativos, apoyo en la adjudicación de personería jurídica, inscripción en el registro nacional, formación y capacitación en cooperativismo y emprendedurismo, coordinación con el movimiento cooperativo y articulación con instituciones públicas y privadas.
Según el ministerio, se entiende que “la participación en proyectos colectivos, constituye la base para la generación de una ciudadanía activa y con responsabilidad social” y “se aspira a potenciar redes locales, de manera de ir fortaleciendo las sinergias entre los distintos sectores del Mides”, así como con los actores de la sociedad civil y del Estado, y en la coordinación de actividades, y el intercambio de experiencias en el marco de un proceso de aprendizaje “local, colectivo, y autónomo”.