Paysandú, Domingo 30 de Enero de 2011
Opinion | 26 Ene El gobierno se apresta a instrumentar una medida que impida que los funcionarios ingresen a las redes sociales como Facebook, Twitter y MySpace, así como usar motores de chat durante el horario laboral. La medida fue recibida casi con indiferencia, excepto entre los propios empleados públicos que ven en la misma un abuso de parte del Ejecutivo.
Prohibir el uso de las redes sociales o de cualquier otra herramienta de Internet, es una medida ciertamente imperfecta. Nadie considera hoy prohibir el uso del correo electrónico en horario laboral, pero bien podría haber sido una medida que se pensara una década atrás. O más. El paso del tiempo ha demostrado que es una herramienta eficaz, incluso cuando se lo usa como intranet, es decir dentro de un ámbito cerrado, como puede ser una empresa.
Pero también es cierto que cuando se toma este tipo de medida, se lo hace porque se ha detectado abuso en el uso de las facilidades tecnológicas. No se trata esencialmente del uso de recursos, pero sí del tiempo del funcionario, que debe estar dedicado esencialmente a sus labores, a producir para obtener el beneficio del salario, cobertura médica, seguridad social y otros.
No alcanza con sentarse en un escritorio para cumplir con las tareas de un funcionario. A eso seguramente apunta la medida del gobierno. Imperfecta. Porque bien usadas, estas y otras redes --como por ejemplo la profesional LinkedIn-- podrían ayudar y complementar. El problema no es su uso, es su abuso. Por eso se prohibirán en el ámbito público. Pero lo que se necesita luego es regular el uso, no prohibirlo. Y sancionar a los empleados que abusan. Existen hoy medidores de uso de banda, que permiten precisamente determinar el flujo de datos y así saber si un funcionario pasa todo el tiempo en Internet o no.
En el caso de los empleados privados, la situación es diferente. Tengan o no acceso a las redes sociales, deben producir. Si no lo hacen, pueden perder el trabajo. Los funcionarios públicos no. Por eso no se puede criticar de plano la medida del Ejecutivo. Pero tampoco debe desconocerse que a largo plazo la misma parece insostenible.
Puede decirse que no es necesario conectarse a tal o cual red o sitio. Pues depende, puesto que Internet es una herramienta. Se la puede usar bien o mal. No es culpa de la herramienta sino de quien la usa. Seguramente con el tiempo comenzarán a aplicarse nuevas tecnologías que controlen el uso --en consecuencia combatan el abuso-- en lugar de prohibir de plano el acceso.
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