“VIEJO TRÍO” DE QUEBRACHO

Locales | 28 Ene Casi todos los viernes se juntan a tocar la guitarra y a cantar. Es un pretexto perfecto para compartir un rato de charla, asado y vino. Difícilmente transcurran más de dos semanas sin que se vean nuevamente las caras. No obstante, las fiestas tradicionales pospusieron el reencuentro.
Actuaron con el nombre de “Viejo Trío” en el 38º Festival de Cantando al Calor del Fogón --celebrado el 14 y 15 de enero en villa Quebracho-- y luego del espectáculo se animaron a relatar parte de una simple historia de viejas canciones, encuentros de amigos y trasnochadas serenatas.
La entrevista se llevó a cabo en una de las salas del complejo de la parroquia Santa Teresita, donde distendidamente los artistas del canto aceptaron la propuesta de compartir parte de su repertorio, que va más allá de tomar la guitarra y entonar melodías.
“La verdad es que ese tipo de encuentros ayuda a no olvidarte de los amigos. Porque nosotros cuando éramos jóvenes jugábamos al fútbol, pero con el tiempo los caminos de las personas se separan por múltiples razones, y eso va de acuerdo a los trabajos y compromisos de cada uno. A veces pasan quince días y ya nos ponemos nerviosos. Tenemos que juntarnos aunque sea y, aprovechando que estamos en una casa religiosa, tomar un poco de sangre de Cristo”, bromearon.
El grupo se denomina “Viejo Trío” porque en realidad hace muchísimos años que cantan juntos, con la particularidad de que nunca lo hicieron en un escenario. Siempre fue como entretenimiento y, al decir de los músicos, “a lo que salga”.
Un encuentro familiar, una salida de pesca, un asado entre amigos o simplemente por el placer de cantar y tocar alguna canción. La base de la propuesta es actualmente el folclore, aunque individualmente han tocado música tropical, popular y beat, conformando en alguno de los casos grupos estables del interior del departamento.
“Viejo Trío” --conformado en un suspiro-- está integrado por Gerardo Brandón en guitarra, Miguel Ruiz Díaz en voz, y Raúl Bava Villalba en guitarra y voz.
Estos cantores de ocasión aseguraron que sus respectivos trabajos particulares no les han permitido desarrollar una actividad musical profesional, pero cuando hay que salir al ruedo no andan con demasiadas vueltas. Y realmente --de acuerdo a la aprobación del público-- colmaron las expectativas en el último festival Cantando al Calor del Fogón.
“Es que demanda muchas horas preparar un repertorio y ello condiciona ciertas posibilidades de poder encarar y darle forma como grupo estable. Tal vez no se nos han dado muchas oportunidades, aunque a veces falta un ‘empujoncito’. Porque por ejemplo, este año no íbamos hacer nada, pero fue entonces que Juan García y Aldo Boffano --integrantes de la comisión de Cantando al Calor del Fogón-- nos dijeron: ‘miren muchachos que ustedes tienen un lugar reservado en el festival’. Pero le respondimos que nosotros no íbamos hacer nada, porque no teníamos nada preparado. Al día siguiente nos insistieron con que ya estaba decidido el lugar para que tocáramos. Fue entonces que le dije al resto: ¿no se animan gurises?”, precisó Bava Villalba. “La verdad es que estábamos con tiempo, todavía teníamos un mes y algo para ajustar los ensayos. Recordamos alguna de las canciones que ya sabíamos, y así fuimos armando el repertorio. Lo que pasa es que nosotros cantamos ‘a lo que salga y vamo’ arriba’. Si salió mal, salió mal, y si salió bien, salió bien. El tema fue que ahora había que ensayar. Eso era una cosa que jamás hicimos. Lo que pasa es que en rueda de amigos muchas veces no llegamos a cantar la canción completa, porque de pronto te sirvieron una y ya se cortó la inspiración”.
Les gusta mucho cantar pero generalmente no buscan dónde actuar. No salen a buscar escenario, actúan según lo demanda el momento y casi que “de entrecasa”. Lo primero es el disfrute, lo demás seguramente vendrá solo. Definitivamente esta particular forma de hacer música lleva a los protagonistas de esta nota a recrear con particular impronta y extraordinaria ductilidad escénica, un repertorio que arranca aplausos hasta los más exigentes espectadores.