Rurales | 30 Ene La fuerte demanda de Brasil generó que la carne ovina uruguaya alcanzara valores históricos en el transcurso del último año. Se indica que la elevada demanda internacional de carne ovina registrada en 2010 propició precios muy firmes para todos los exportadores de este producto.
Un informe de la publicación Faxlana difundida esta semana con la base de datos publicados por el diario El País, indica refiriéndose a la incidencia de la demanda brasileña en los negocios que la misma determinó la obtención de precios récord, muy superiores incluso a los obtenidos en 2008.
La oferta de corderos y ovinos en general se mantiene muy reducida en Oceanía, lugar que concentra el grueso de las exportaciones y que consecuentemente marca la tónica del mercado.
El precio promedio de exportación en Uruguay llegó a U$S 3.983 por tonelada peso carcasa, 56% más que el registro de 2009 y 39% por encima de 2008.
Este hecho determinó que, pese a haberse exportado 38% menos de carne ovina, los montos de ingresos generados fueran prácticamente iguales a los del año anterior (78 frente a 81 millones de dólares).
Siguiendo con el análisis del “efecto Brasil”, Faxlana explicó que por primera vez en muchos años Brasil desplazó a la Unión Europea como principal comprador de carne ovina uruguaya, ubicándose como primer destino tanto en volumen como en dólares generados.
Lo más llamativo es el incremento en el precio promedio obtenido en este destino, que prácticamente se duplicó en un año, pasando de 2.714 a 5.168 dólares por tonelada peso carcasa (un 90% superior). La fortaleza del real potenció la suba general del mercado exportador de carne ovina. Con un volumen exportado a Brasil similar al de 2009, los montos generados pasaron de 18 a 34 millones de dólares.
Los valores obtenidos en noviembre y diciembre marcaron los precios récord de 2010, con promedios mensuales por arriba de los U$S 5.000 por tonelada peso carcasa a nivel general y superiores a U$S 6.000 la tonelada peso carcasa en el mercado brasilero.
La evolución del precio al productor acompañó firmemente esta tendencia, a no ser en las últimas semanas del año, donde la aparición de una mayor oferta ajustó los valores a la baja.
En sentido contrario, la constante durante buena parte del año fue de oferta de ganado muy reducida, con precios para el productor que en algunos meses se distanciaron de las referencias de la exportación.