Opinion | 27 Ene Las calurosas jornadas veraniegas hacen que las playas sanduceras sean un lugar especialmente concurrido durante todo el día puesto que a diferentes horas grupos de amigos y familias buscan refrescarse, aprovechar el sol o simplemente disfrutar del bellísimo paisaje natural del río Uruguay.
La costa sanducera está muy concurrida todos los días y más aún durante los fines de semana. Entre los concurrentes hay gente que tiene la sensibilidad de cuidar este espacio que nos pertenece a todos y otros que no lo tienen y, lo que es peor, cuando se van dejan parte de la basura que generan estando allí en lugar de depositarla en los recipientes existentes para ello.
Si usted que lee esto, encontró un pedazo de vidrio en la arena, yerba, bolsas de nylon, envoltorios de galletitas, envases plásticos e, incluso, pañales, sabe de que se trata.
No es un problema exclusivo de las playas sanduceras pero eso no justifica nada. Por lo tanto, cabe señalar como buena una interesante idea que ha desarrollado la red de vecinos e instituciones denominada “Ecópolis”, que promueve una campaña de turismo responsable que se aplica durante el verano en las playas de Maldonado.
Además de la colocación de 400 afiches, en procura de mantener la playa limpia, recurrieron a una ingeniosa miniobra de teatro para sensibilizar al público e integrarlo a la limpieza de las playas. Los actores se dividen en dos grupos y uno representa a un grupo de amigos que bajan a la playa y en forma escandalosa comienzan a arrojar basura: botellas vacías, bolsas, pañales, entre otras. Unos minutos después llega el grupo acompañado de pancartas, redoblante y platillos cantando: “Cuidemos nuestras playas/ tachín/ juntemos la basura/ tachín/ sumate y sé uno más”.
En un artículo publicado en Últimas Noticias, una de las integrantes del grupo comentó que el público en un primer momento reacciona muy enojado ante los que arrojan basura y cuando aparece el resto con pancartas a favor del cuidado del medio ambiente, comienzan a aplaudir, cantar y a recolectar junto con los actores la basura en el lugar. La idea, por demás sencilla de ejecutar, logra su propósito: sensibilizar y centrar la atención en la necesidad de mantener las playas limpias, algo en lo que deben colaborar todos sus usuarios. No es casual que haya surgido desde una red ambiental integrada por vecinos puesto que muchas veces este tipo de organizaciones llegan a tener --con muchísimo menos recursos-- propuestas viables y efectivas para problemas puntuales que el pesado andamiaje de las instituciones no siempre es capaz de atender. Un dato para tener en cuanta y animarse a emular.