Deportes | 02 Feb El basquetbolista más cotizado de nuestro país está siendo figura en la Euroliga defendiendo al Caja Laboral de España. Batista de 2.08 metros de estatura y 27 años estaba jugando en el Fuenlabrada y fue contratado por su actual club en una transacción de aproximadamente un millón de dólares.
De esta manera el uruguayo tuvo la oportunidad de volver a jugar la Euroliga y viene siendo gran figura.
El pivot que se inició en Welcome de Montevideo y jugó la primera Liga Uruguaya por Salto Uruguay, estuvo en España años anteriores, luego llegó a la NBA de Estados Unidos y estuvo dos temporadas en el Atlanta Haws.
Es el único jugador de nuestro país que a través de la historia llegó a la meca del baloncesto.
Luego estuvo en Argentina y nuevamente se fue a Europa, pero esta vez al Macabi Tel Aviv donde tuvo un destacado papel en la Liga de Israel y también en la Euroliga.
Finalmente en este año 2011 que recién se inicia, nuevamente vuelve a ser partícipe fundamental de la Euroliga defendiendo como refuerzo al Caja Laboral.
Sin dudas que el uruguayo está dejando muy bien sentado los prestigios del básquetbol uruguayo, como también lo están haciendo Leandro García Morales en México, Nicolás Mazzarino en Italia, Martín Osimani en Argentina y Gustavo Barrera también en España.
Si a estos jugadores le sumamos a Jason Granger, Mauricio Aguiar, entre otros, no tenemos dudas que la selección uruguaya de básquetbol puede hacer un muy buen papel en el Preolímpico que se disputará este año en Mar del Plata.
El gran tema es que todavía no está confirmado el entrenador, aunque todo indica que seguiría Gerardo Jauri.
Pero lamentablemente hay otros problemas, se sabe pero poco se dice, que aparentemente habría desencuentros (esto es extraoficial) con algún jugador, que Nicolás Mazzarino ya no juega en la selección desde su despedida oficial en un Torneo Sudamericano.
En fin, con los mejores jugadores, Uruguay puede pelearle la clasificación a varios equipos fuertes, pero para eso hay que darse cuenta que la celeste es lo más grande que hay, que quienes sean convocados acepten y se pongan la casaquilla celeste solo con la meta de llegar a los Juegos Olímpicos y olvidar pequeños roces que fueron del momento y que a nada conducen.