Escribe el Dr. Rodolfo Canabal

Locales | 08 Feb Los muy serios, si no graves problemas que se derivan de la forma irregular y descuidada de conducir que en el país prevalece, han sido analizados en esta columna en varias notas, como consecuencia de la diaria observación de tales inconductas.
También es bastante frecuente que en otros órganos el tema sea motivo de comentario, algo que es clara consecuencia de su gravedad. En fecha reciente tan importante irregularidad ha sido objeto de análisis desde el exterior: en un documento del gobierno británico dirigido a dar consejos a turistas de esa nacionalidad que se dirigen a Uruguay y a indicar sus características prevalecientes, se insertan los siguientes conceptos relativos al tránsito, según informa el diario El País del pasado 29 de enero: “Los estándares de manejo en Uruguay no son altos y el tráfico es desorganizado. Los choferes se cambian de carril con asiduidad sin avisarlo y hacen giros sin indicar. Señales de ‘Pare’, semáforos y límites de velocidad son ignorados con frecuencia”.
En la columna que aquí se insertó el 31 de agosto del año anterior se comentó la reunión realizada en Paysandú, encabezada por las jerarquías de la Unasev (Unidad de Seguridad Vial), con presencia de representantes de la entidad en varios departamentos del Litoral y locales con parecidas competencias, destinada a analizar necesidades para el ordenamiento del tránsito.
Se señaló en dicha nota la trascendencia de los problemas del tránsito a nivel nacional, que su presencia alcanza tanto a la circulación urbana como a la que se desenvuelve en las rutas, la incidencia del importante incremento del número de vehículos comprendido entre ellos los de motos, y se subrayó entre los muchos factores que inciden en asunto tan importante el altísimo porcentaje de incumplimientos de las normas reglamentarias respectivas, y en particular que, en tan alta cifra de incumplimientos, gravite que no sean pocos sino, incomprensiblemente, muchos, quienes desconocen disposiciones en vigor.
En dicho comentario, entre los casos frecuentes de violación de normas, se analizó precisamente la habitual pero incomprensible costumbre de no respetar la “senda” por la cual se circula, y los riesgos que ello constantemente provoca, a lo cual se agregó como grave el adelantamiento indebido en ruta, entre ellos los que se realizan en lugares prohibidos expresamente por la señalización; también las muy comunes transgresiones de peatones y ciclistas.
Es sin duda muy poco comprensible que un muy alto porcentaje de conductores, y también de peatones, no haya advertido que el cumplimiento debido de las normas es factor que incrementa en muy importante grado la seguridad cuando se conduce; en los primeros lugares, alta velocidad e irrespeto a las prohibiciones del adelantamiento.
Y también contribuye en muy buen grado a la seguridad en la circulación hacer a los demás conductores señales oportunas sobre cuál es la maniobra que se pretende hacer, si girar a izquierda o derecha, estacionar, cambiar de senda, reducir la velocidad.
Por cuanto emerge de lo expuesto, en dicho anterior comentario se sugirió a Unasev, y a los gobiernos municipales, “que mediante la TV organicen programas en los cuales se difundan, con ejemplos claros, las prácticas indebidas más comunes, lo cual contribuirá a que muchos conductores y peatones adviertan las barbaridades que frecuentemente hacen. Así será posible que muchos corrijan su forma incorrecta de conducir, y no sigan contribuyendo con malos ejemplos a la creciente violación de las normas”.
Tales los conceptos que se entienden por lo menos indispensables en circunstancias en que del exterior se alude con veracidad a importantes fallas de nuestro tránsito.