Paysandú, Jueves 10 de Febrero de 2011
Opinion | 10 Feb En el Departamento de Rivera se está dando en estos días una situación que involucra a los especialistas en traumatología, pero que podría ser el caso de cualquier especialidad en el departamento del Interior que sea, desde que estamos ante una situación sin solución a la vista que se extiende desde hace varios años: hay un solo traumatólogo para atender a los pacientes del ámbito privado y público.
La doctora Aída González, quien es además la directora departamental de Salud, dijo al diario El País que “habitualmente somos pocos especialistas, pero ahora la cosa se complicó ya que concedieron licencia simultánea a todos los colegas. Por lo tanto hasta el 17 de febrero soy la única traumatóloga y estoy de guardia en las dos mutualistas y el Hospital”.
La profesional indicó que ahora debe dividir su tiempo en atender sus obligaciones en ese rol jerárquico y además asistir a quienes sufran accidentes de tránsito o cualquier otra lesión que requiera la atención de un especialista, lo que pinta la gravedad de las carencias, pero lo que es peor, debe tenerse presente, como seguramente sabe el ciudadano común más o menos informado, que en mayor o menor medida esta situación se da en todo el Interior.
Recordamos que a mediados del año pasado las intervenciones quirúrgicas de urgencia que se generaban en Paso de los Toros, ciudad de 17.000 habitantes del Departamento de Tacuarembó, debieron ser derivados a Durazno, porque el único cirujano de la localidad estaba de licencia y pese a las gestiones que él mismo encaró para lograr quien lo supliera, no lograba reemplazo.
Este escenario se mantiene en el Uruguay a casi tres años de vigencia ya del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS), por el que supuestamente los uruguayos nos hemos sumergido en el camino de la igualdad en materia de atención de salud, en favor de los grupos más desposeídos, que además todo indica que están radicados mayormente en el siempre olvidado Interior. Peor aún, los hospitales de ASSE suelen tener pocas camas en el CTI, y con el nuevo sistema de Salud se dispuso una “optimización de recursos” por el cual muchas veces terminan enviando pacientes a nosocomios que están a cientos de kilómetros, donde ni siquiera hay servicio de transporte directo, lo que de determina una verdadera mudanza para los familiares a costo propio.
Por supuesto, estamos ante un panorama que se manifiesta desde hace ya muchas décadas, y que no se ha corregido pese a que se han sucedido gobiernos de todos los partidos, principalmente porque no es un problema de Montevideo. Paysandú no es una excepción ni mucho menos, por supuesto, si tenemos en cuenta que es un mal crónico del Hospital Escuela del Litoral el tener carencias en materia de especialistas, sobre todo en determinadas áreas, donde los números para consulta que se obtienen, con suerte, tras colas de muchas horas, se agotan rápidamente y los pacientes siguen engrosando la lista de espera.
Lamentablemente en la mutualista local, sin llegarse al extremo de la dependencia de ASSE, es notorio que a partir de la entrada en vigencia del SNIS resulta más problemática la atención por especialistas, al punto que hay especialidades en las que deben aguardarse semanas para ser atendido por el médico elegido por el paciente, por lo que en realidad el problema, lejos de solucionarse, se ha contagiado al ámbito privado.
El déficit de especialistas es responsabilidad, en una u otra forma, de las autoridades nacionales del Ministerio de Salud Pública. Hace poco tiempo el ministro del ramo, Daniel Olesker, reconoció el gran déficit de especialistas médicos que hay en todo el Interior y admitió que no tiene una solución prevista en el corto plazo, mientras que en la capital hay tal exceso que terminan trabajando en cualquier otro rubro.
En octubre, por otro lado, se presentó el denominado Plan de Salud Rural, por el que de acuerdo a lo anunciado se apunta a establecer condiciones para la radicación de médicos en el interior profundo, ante la centralización extrema que tienen los servicios de salud en el Uruguay, y que hace que se esté ante una cobertura más o menos aceptable –siendo benigno con el concepto—en la atención primaria, pero con agudas carencias una vez se ingresa en las áreas que requieren una mayor especialización e intervenciones de avanzada tecnología o más o menos actualizada.
Y si algo en la materia se puede hacer en las capitales departamentales, el problema se acentúa a medida que se sale hacia localidades del medio rural o crece la distancia con Montevideo. Una clara muestra de esta discriminación la tenemos en los Institutos de Medicina Altamente Especializada (IMAE), que están todos instalados en la capital, sin siquiera haberse encarado por lo menos una progresiva regionalización para reducir la distancia de los traslados de pacientes.
Y en este contexto, el déficit de especialistas en determinadas áreas es consecuencia de este centralismo, que determina que los profesionales opten por radicarse en Montevideo, donde tienen las mejores remuneraciones e infraestructura para formación profesional.
EDICIONES ANTERIORES
A partir del 01/07/2008
Feb / 2011
Lu
Ma
Mi
Ju
Vi
Sa
Do
12
12
12
12
12
12
12
Diario El Telégrafo
18 de Julio 1027 | Paysandú | Uruguay
Teléfono: (598) 47223141 | correo@eltelegrafo.com