Deportes | 07 Feb Si bien todos queríamos un triunfo del seleccionado mayor de Paysandú ante su tradicional rival, Salto, no es menos cierto que, y pese a que por momentos el elenco sanducero se desorientó en la cancha, se debe rescatar el aspecto anímico del equipo, que cuando las cosas nos salieron, se levantó como leche hervida hacia el arco contrario.
Seguramente que esto no era lo que esperábamos, porque queríamos ver a un equipo con luces encendidas, con un funcionamiento adecuado y que justamente se debía haber logrado en el clásico, por aquello de la gran rivalidad y si jugamos bien y le ganamos mejor.
El fútbol es impredecible, se puede tener el mejor equipo del mundo, pero los resultado no son los esperados. A esto le ha pasado a grandes equipo del mundo.
Por eso creemos que no debemos dramatizar el hecho de un empate ante un equipo salteño, que desde hace varios años, tiene la receta bien aprendida, de jugar con el reloj en estos tipos de partidos y cuando las cosas le salen bien.
Sí quizá, con calma y serenidad, buscar que el equipo comience a funcionar de acuerdo a las posibilidades que posee.
Por ahora, la primera etapa está cumplida con la clasificación hacia la Segunda Fase del Nacional de la OFI, lograda a falta de un partido, que será el próximo sábado en Bella Unión, pero se tendrá que pensar en el futuro y para eso quedan 15 días. Daniel Bazet Fernández.