Paysandú, Sábado 19 de Febrero de 2011
Locales | 17 Feb Análisis realizados por un laboratorio alemán en base a muestras de peces capturados vivos en varios lugares del río Uruguay, no registraron la presencia de pesticidas organoclorados y otras sustancias contaminantes por encima del límite de detección.
Un informe de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) señala que se realizaron análisis para 64 sustancias contaminantes y todos arrojaron resultados “por debajo del límite de cuantificación, es decir, valores no detectables”.
Para obtener muestras, la CARU compró peces obtenidos por pescadores en Arapey, Banco Legeren, Concepción del Uruguay y Nuevo Berlín, entre los días 15 y 26 de noviembre pasado, en el marco de una campaña de relevamiento de los asentamientos pesqueros del río Uruguay medio e inferior, actividad realizada con la participación de funcionarios de la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos (Dinara) de Uruguay y la Secretaría de Pesca y Acuicultura de Argentina. Las tareas incluyeron muestreo biológico de las especies capturadas por pescadores locales y en cámaras de acopio de pescado, operatividad de las embarcaciones, entrega y recolección de planillas de pesca a pescadores previamente seleccionados y obtención de muestras de tejidos para análisis de contaminantes, en particular pesticidas organoclorados y bifenilos policlorados.
NO ENCONTRARON CONTAMINANTES
Respecto a la obtención de muestras para análisis de contaminantes, la CARU informó que éstas se tomaron de ejemplares frescos, abarcando especies de diferente nivel trófico (diferente posición en la cadena alimenticia), así como de localidades que permitieran monitorear un amplio tramo del río.
“Las muestras obtenidas, en su totalidad, fueron remitidas para su análisis a la Cátedra de Toxicología y Química Legal de la Universidad de Buenos Aires (cuyos resultados aún no están disponibles) y algunas réplicas fueron enviadas al laboratorio Intertek (Applica), de Alemania”, añade el informe.
Los resultados envidados por el laboratorio alemán en base a las muestras analizadas tienen como resultado “valor no detectado”, es decir por debajo del límite de cuantificación de todas las sustancias analizadas.
Las muestras analizadas correspondieron a músculo e hígado de sábalo proveniente de Arapey, músculo de boga de Legeren, músculo de dorado obtenido en la zona de Concepción del Uruguay y músculo de boga, dorado y sábalo pescados en Nuevo Berlín, así como hígado de dorado proveniente del mismo lugar.
La lista de sustancias contaminantes buscadas en las muestras analizadas comprende un total de 64 pesticidas organoclorados y bifenilos policlorados. Entre ellos endosulfan, aclonifen, aldrin, benfluralin, binaparyl, captan, chlorbenzilat, chlordan, DDT, DDD, dicloran, dieldrin, fenson, endrin, isodrin, nitrofen, pentachloranilin y varios PCB, entre otros.
En cuanto a los peces analizados, el estudio de CARU no incluyó muestras de tararira, lo que hubiese sido útil, puesto que se trata de una especie bastante sendentaria que podría haber dado cuenta de la situación del lugar específico de su captura. Simplemente no se incluyó porque durante la realización de la campaña de recolección no pudo obtenerse un ejemplar de esa especie.
“Resta aún la obtención de los resultados de los análisis de las muestras remitidas al laboratorio de la Universidad de Buenos Aires, los cuales también serán difundidos”, señaló la CARU.
EL MISMO LABORATORIO
Según pudo saber EL TELEGRAFO, el laboratorio alemán Intertek (Applica-Alemania) es el mismo que realizó estudios para la ONG Vida Silvestre e identificó la existencia de plaguicidas en la cuenca del parque nacional Esteros de Ferrapos e islas del río Uruguay, en el marco de una campaña de dicha institución realizada desde abril de 2009 para evaluar la presencia y concentración de plaguicidas en el suelo, peces y producción apícola de influencia del lugar, que posee elevados valores de biodiversidad y ecosistemas. Dicho proyecto fue financiado por el Programa de Fondos para Ecosistemas del Comité Holandés de UICN y ejecutado con apoyo de investigadores de las facultades de Ciencias y Química de la Udelar y el INIA.
Según consta en el resumen ejecutivo de la evaluación --disponible en Internet-- el laboratorio alemán Intertek (Applica - Alemania), el Laboratorio de Ecotoxicología de la Universidad de Mar del Plata y el Laboratorio Químico de la Dirección General de Servicios Agrícolas del MGAP fueron los responsables de analizar las muestras.
Los resultados del análisis de muestras de plaguicidas en suelo, agua, pesca y producción apícola indican que los productos encontrados fueron endosulfán (insecticida organoclorado altamente tóxico), clorpirifós (insecticida organofosforado), cipermetrina (insecticida piretroide), cihalotrina (insecticida piretroide), glifosato (herbicida) y coumaphos (acaricida organofosforado). En cuanto a los peces, el informe de Vida Silvestre indica que “de las ocho especies de peces más consumidas localmente y de mayor interés comercial se encontraron restos de endosulfán en tararira, bagre amarillo, sábalo y boga”.
“En tararira y bagre amarillo las concentraciones encontradas fueron superiores a lo permitido según el Códex alimentarium para carne de pollo (no se encontró referencia para carne de pez). En los casos de mortandades masivas de peces y abejas que fue posible evaluar, se encontraron altas concentraciones de plaguicidas en general y de endosulfán en particular, lo que sugiere que las mortandades pueden haber sido producto de la aplicación de estos insecticidas o negligencias en su uso”, dice el informe de Vida Silvestre en base a las muestras provenientes de la zona de Esteros de Ferrapos.
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