Opinion | 14 Feb Uruguay “se anotó un poroto” a nivel internacional con el reconocimiento a las mejoras en la situación laboral de las trabajadoras domésticas. Según informó La República, la Organización Internacional del Trabajo tomará como modelo la normativa uruguaya en materia de trabajo doméstico, aplicación de las normas y la realidad del sector, para incluirlo en un convenio internacional que luego deberá ser incorporado por los 187 países miembros del organismo. En la próxima Conferencia Internacional del Trabajo que se realizará en junio, representantes de gobiernos, organizaciones de empleadores y trabajadores decidirán sobre la adopción de un convenio y recomendación sobre el trabajo doméstico decente.
El Parlamento aprobó en 2006 la ley 18.065 sobre trabajo doméstico, la cual equiparó al sector con los derechos laborales del resto de los asalariados del país. La equiparación incluyó delimitación de la jornada laboral, pago de horas extraordinarias y derecho a negociar en forma colectiva. Además, el Banco de Previsión Social promocionó a través de una campaña la regularización de las trabajadoras, lográndose un aumento de la cobertura en seguridad social. Las trabajadoras lograron conformar un sindicato y en agosto de 2008 se incorporaron al proceso de negociación colectiva para discutir sus condiciones de trabajo.
Esto ha sido reconocido por la OIT, considerando que Uruguay es el lugar apropiado para un estudio sobre los cambios en la composición de la fuerza de trabajo en servicio doméstico, modificaciones en la calidad del empleo y déficit del trabajo decente, fortalezas y debilidades en la puesta en marcha de la ley y el proceso de negociación colectiva.Actualmente hay 55.000 empleadas registradas en el BPS, 45% más que hace cinco años. Sin embargo, se estima que son 109.000 las trabajadoras que se dedican a tareas domésticas, lo que demuestra que queda mucho por hacer en el área. Sucede asimismo que en muchas oportunidades las empleadas son despedidas al solicitar el respeto de sus derechos laborales y dejar de trabajar “en negro”. Si bien existen leyes que resguardan los derechos del sector, se necesita un cambio de mentalidad en la sociedad uruguaya para que los logros sean óptimos.