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Paysandú, Lunes 21 de Febrero de 2011

Director de ACEF

Fortalezas de la empresa familiar no deben transformarse en debilidades

Locales | 20 Feb Las empresas de carácter familiar presentan fortalezas y debilidades en nuestro país, que responden a una serie de condicionantes de carácter global, con particularidades en cada país o región, y Paysandú no es una excepción, destacó a EL TELEGRAFO Mario Lamanna, presidente de la Asociación de Consultores de Empresas Familiares (ACEF), quien junto a otros integrantes de este grupo estuvo en Paysandú para dictar una charla dirigida a empresarios en la sede del Centro Comercial e Industrial. Junto a la gerente de la entidad sanducera, Luisina Chuayre, la asesora de ASEF Mónica Miranda y el integrante del organismo certificador del Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU), Gonzalo Reboledo, Lamanna expuso que “estamos en Paysandú invitados por el Centro Comercial en un taller para dar cuenta sobre la temática de las empresas familiares, dentro de un ciclo que denominamos ‘El arte de trabajar en familia’”, y destacó que “Paysandú no escapan a la realidad del Uruguay y del mundo respecto a que el 85 por ciento de las empresas son de carácter familiar o tienen su origen en una empresa familiar”.
Apuntó que “en este ciclo de charlas apuntamos a posicionar a la gente en lo que es la empresa familiar, que tiene que tener un tratamiento distinto al que tiene cualquier empresa, porque justamente en ellas entran en conflicto la familia, la propiedad y el trabajo”.
“Es decir que se está trabajando dentro de una empresa, que no es un conjunto de parientes trabajando juntos”, precisó, en tanto agregó que “la gestión de la empresa familiar, justamente a veces se ve de alguna manera confundida, primero por los roles que ocupan los diferentes familiares en la empresa, que en lugar de ser familiares son trabajadores, y a veces la gestión se ve afectada de alguna manera por esa intersección de subsistemas que están en la empresa, es decir familia y trabajo. Por eso creemos que las empresas tienen que ser tratadas mirando esos dos subsistemas, sin olvidarnos de ninguno, y que ninguno de los dos desequilibre, es decir ni la familia ni el trabajo”.
Acotó que “una de las bases fundamentales de las empresas familiares son los valores, la ética, el compromiso, el amor por lo que hacen, el saber de la profesión. Y esas empresas, si son gestionadas de una manera eficiente con herramientas que existen para poder hacerlo, pueden tener esa continuidad, como es el deseo de quien fuera su fundador y emprendedor, de que se traspase de generación en generación”.
Manifestó además que debe apuntarse a que “no quede trunco, como a veces pasa, como dice el dicho, respecto a que en la tercera generación quedan muchas empresas por el camino”, en tanto aclaró que la problemática de las empresas familiares está constituida por una serie de elementos relacionados entre sí, “y sobre todo debemos tener en cuenta que hay una gama de fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas que tienen las empresas familiares”.
“Si se aprovechan las fortalezas tal vez tengan un diferencial a la hora de hacer frente a los aspectos como aportes fiscales y cargas sociales, entre otros. Debe tenerse cuidado de que como son empresas de familia esas fortalezas no se transformen en debilidades”, puntualizó.
Fortalezas y debilidades
Mencionó entre las fortalezas “la unidad, el compromiso, la comunicación, los valores, los que cuando se trabaja en una empresa que no es familiar muchas veces hay que trabajar muchísimo para ver si eso se logra. En tanto en la empresa familiar eso es nato, por el sentido de pertenencia de los familiares al trabajar en ella, por el orgullo y la marca que es el apellido”.
A la vez “hay otros conceptos que pueden transformarse en contra si eso no se maneja adecuadamente”, advirtió, para señalar que por otro lado las debilidades que tienen las empresas son que “se puede transformar la unión en desunión, empezar con los problemas de familia, de entrecasa, que no son propios de la empresa y que tienen otro origen, y si son llevados a la empresa pueden tergiversar la gestión de la mismas. La facilidad de comunicación que tiene la empresa familiar por la cercanía, por la flexibilidad que la misma tiene, si la transformamos en murmuraciones o en recelos, en dimes y diretes, eso se transforma en debilidad, entre otras posibilidades”.


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