Deportes | 21 Feb La derrota caló hondo. Por la forma en la que se produjo, porque se jugó de local y ahora habrá que definir la clasificación de visitante. Pero, paradójicamente, la forma en la que Paysandú cayó por 1 a 0 ante Artigas, en el partido de ida de la segunda fase de la Copa Nacional de Selecciones, permite pensar que puede mantenerse la esperanza de lograr el resultado necesario como para dar el salto a la siguiente instancia.
Esto no quiere decir que será fácil, ni mucho menos. Es más, será harto complicado poder alcanzar el resultado necesario para obtener la clasificación.
Pero el juego desplegado por los sanduceros en el partido de ida alienta a la esperanza. Es que Paysandú fue más que su rival, al punto que si se hubiera retirado al descanso ganando por dos o más goles de diferencia, podría hablarse de un resultado justo.
Las permanentes fallas en definición se pagaron demasiado caro y un error no solo del golero sanducero sino de la defensa, en una pelota llovida al borde del área chica, terminó por sellar la suerte de Paysandú en este primer partido.
Más allá de eso, el equipo mostró cosas interesantes. Sobre todo si se tiene en cuenta que el técnico Sergio Esquivel todavía no ha encontrado al equipo y que se enfrentó a uno de los seleccionados más poderosos del Interior, y actual campeón de la Copa.
Paysandú fue una tromba, movió bien la pelota, y sobre todo supo aprovechar los sectores más flacos de un equipo que estuvo muy bien compenetrado al libreto que propuso su entrenador. Los sanduceros lastimaron por afuera, con sociedades interesantes entre García y Píriz (cada uno por su sector) y los delanteros.
No hubo suerte. Quizás esa sea la explicación del resultado final más allá de que Paysandú cometió errores que se pasaron por alto porque el rival no los aprovechó, aferrado al planteo sorprendentemente conservador.
Y para complicar algo más las cosas la tonta expulsión de García, cuando todavía faltaba una vida para poder seguir buscando la igualdad, terminó por condicionar al equipo en la búsqueda por las bandas, que buen resultado había dado en el primer tiempo.
Por eso, por haber perdido por un error, puede decirse que Paysandú está a tiro de un objetivo que será complicado. La clave para la revancha será mantener la tranquilidad para no quedar expuestos, controlar la mitad de la cancha, apostar quizá a algo más de marca en ese sector, fortalecer alguna sociedad interesante y, sobre todo, afinar la puntería.
Pero son todas especulaciones. Lo real es que Paysandú necesitará revertir afuera un resultado adverso frente a un rival al que le sirven dos, y puede emplear varias recetas para conseguirlos.