Deportes | 28 Feb La selección de Paysandú quedó prontamente eliminada de la Copa Nacional de Selecciones, en la segunda fase y tras un mano a mano con Artigas. Los sanduceros perdieron ambos partidos por 1 a 0, primero como locales y luego como visita, resultados que lo dejaron rápidamente fuera de carrera por el título, algo que parece prácticamente imposible para Paysandú, que hace demasiado tiempo debe conformarse con quedar por el camino demasiado rápido para lo que significa la historia del fútbol sanducero.
El sábado, en Artigas, la selección volvió a repetir el marcador en contra que había cosechado una semana antes en su propia casa. Y otra vez, el equipo de Sergio Esquivel se quedó con las manos vacías por errores propios, por no saber definir frente al arco local, más allá de que fue en el partido de ida en el que Paysandú debió haber conseguido una diferencia interesante a su favor. Pero en aquella ocasión desperdició infinidad de posibilidades claras de gol, lo que a la postre terminó por pagar demasiado caro.
Por el juego presentado en aquel partido en el Estadio Artigas podía permitirse pensar que la serie estaba abierta. Es que, además, Artigas fue una sombra futbolística de lo que ha mostrado en otras ediciones, aunque tuvo un plus que le faltó a los sanduceros: la experiencia y el saber cuál era el negocio. Estas dos cosas fueron las que le permitieron a los fronterizos sellar la clasificación a su favor. Y si todo salió a pedir de boca en el partido de ida, ya de local las cosas no podían haberle salido mejor a los artiguenses en la revancha, dado que a los cuatro minutos abrieron la cuenta y luego, más allá de llegar en varias ocasiones al arco defendido por Federico Acosta, se dedicaron a poner sobre el terreno de juego la experiencia necesaria como para manejar el partido.
Del otro lado la cosa fue diferente. Porque sabiendo que estaba obligado, y en el afán de buscar desesperadamente primero el gol que le diera tranquilidad y luego el del empate, los sanduceros se mostraron desconcentrados, desordenados y sin padrón de juego.
Más allá de correr y dejar todo en la cancha, Paysandú no pudo con la experiencia de los artiguenses, que tienen bien en claro cómo debe jugarse cada partido de Copa y cómo se puede aprovechar las falencias que tiene un equipo joven como el sanducero, que hizo lo que pudo, pero sin que fuera suficiente. Lo cierto es que Paysandú está otra vez afuera de la Copa. Y será tiempo de que, de una vez por todas, los dirigentes puedan darse cuenta de que es necesaria una política seria de selecciones. Porque no es cuestión de echarle toda la culpa a jugadores y cuerpo técnico que, más allá de los errores, hicieron lo que pudieron a lo largo de este corto proceso. A tal punto, que no hay que olvidarse que Paysandú jugó la Copa por la sencilla razón de que la Intendencia aportó todos los traslados de las delegaciones, es decir más de la mitad del presupuesto. Porque, de lo contrario, no había rubros para hacerle frente a la situación.