Opinion | 03 Mar Con la finalidad de liquidar hacia el futuro cualquier resurgimiento de la denominada “guerra de las patentes” el gobierno nacional y las intendencias comenzaron a trabajar denle dirección al establecimiento de una patente única nacional a partir del año próximo.
Actualmente existen costos muy dispares del tributo de un departamento a otro, así como personas que empadronan vehículos en departamentos que no son su lugar de residencia, atraídos por los costos más baratos.
La situación no es nueva ni desconocida por nadie, puesto que ha sido el detonante de repetitivos episodios de enfrentamientos entre las intendencias y, por otra parte, se trata de una realidad que ha echado por tierra una y otra vez todas las buenas intenciones de los jerarcas de turno que en los últimos años han realizado acuerdos para comenzar a equiparar costos de las patentes.
Una vez más se está haciendo el intento, con la diferencia que esta vez la Presidencia de la República ha tomado cartas en el asunto y propone modificaciones legales que sustenten un nuevo acuerdo, además de aportar un subsidio para que --dicho de forma sencilla-- las intendencias que actualmente cobran más cara la patente no pierdan plata al comenzar a regir un acuerdo nacional.
En las últimas horas la Comisión de Patentes de Rodados integrada por representantes del Poder Ejecutivo y las intendencias ha comenzado a dar los primeros pasos hacia una salida consensuada y delinear las pautas de una solución integral para el problema, una “guerra” que ya lleva medio siglo.
Es de esperar que de una vez por todas se solucione esta lamentable situación que no da cuenta sino de la incapacidad de nuestros gobernantes para lidiar con injustas situaciones de las que son rehenes algunos contribuyentes y la viveza criolla de otros, todo en una salsa espesa en la que se mezclan, además, intereses de las propias intendencias. ¿Podrá Mujica ponerle el cascabel al gato?