Locales | 07 Mar El sol todavía continuaba calentando el hormigón en la tarde sanducera, pero a los curiosos viandantes no les preocupó.
Gentilmente la señora nos puso al tanto y fuimos a sumarnos al grupo.
Y claro, las miradas y los comentarios se centraban sobre un triciclo de gran porte, con dos ruedas adelante y una atrás, y una motocicleta -también de gran tamaño- aparcados junto a la acera.
Dos motoristas, ambos provenientes de Brasil, se prestaron al díálogo.
Fernando Tristao, piloto de la moto Suzuki V Strom AL 650, de 650 cc de cilindrada, y Helcio Gómez, a los mandos de un triciclo CAN – AM AS Spyder de 1.000 cc de cilindrada.
Nos comentaban que comenzaron su periplo en Brasil en Angas dos Reis, estado de Río de Janeiro, Brasil, pasando por Porto Alegre, ingresando a Uruguay por el Chuy, luego pasando a Argentina recorriendo parte de su territorio, Uruguay y ahora regresando a Brasil.
Dos motos o un triciclo y una moto si lo prefieren, de última generación gran potencia, impecable presentación, aptas obviamente para largos viajes.
Motores de gran potencia. “Nosotros nos fijamos una velocidad de crucero de alrededor de 100 kilómetros por hora, que lógicamente cambia según el terreno o el piso. Bajamos a 70 u 80 y subimos hasta 110”.
Son vehículos muy cómodos, estables, totalmente carenados, de chasis con gran fortaleza, que obviamente, pilotos con experiencia en este tipo de travesías, saben llevar por carretera.
Lo cierto es que moto y triciclo llamaron la atención.
Al día siguiente ya emprendían el viaje a Brasil.
Hubo alguno tentado para pedirle si no se las prestaban para “dar una vueltita”, pero no se animó.
Un poco pensando en la negativa y otro tanto, o más, sabiendo que era bravo, así de primera, subirse y saberla llevar.