Opinion | 04 Mar En tanto el Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, calificó como “absurda” la polémica generada por intelectuales kirchneristas que rechazaron su participación en la apertura de la Feria del Libro, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, dijo que el escritor peruano es “enemigo del gobierno argentino”.
“La Feria del Libro es un espacio para la literatura”, opinó Vargas Llosa, según expresó su esposa al diario español ABC. Las declaraciones del premio Nobel se conocieron tras el pedido realizado por la presidenta Cristina Fernández a intelectuales kirchneristas para que retiren una carta en la que solicitaron que Vargas Llosa no participe en la apertura de la Feria del Libro, el 20 de abril.
La polémica ha sido protagonizada por el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, y otros intelectuales kirchneristas del espacio Carta Abierta.
González dijo el martes que la jefa de Estado se comunicó con él y le manifestó que la “discusión no puede dejar la más mínima duda de la vocación de libre expresión de ideas políticas en la Feria del Libro”. El funcionario expresó en esa oportunidad que los intelectuales kirchneristas críticos de Vargas Llosa están “comprometidos en toda discusión que sirva para dar más cualidades a la vida democrática”.
“Me gustaría que en la inauguración de la Feria del Libro no estuviera presente. Su liberalismo lo expresa de una manera tajante y hasta diría que, si me permite la paradoja, autoritaria también”, manifestó el director de la Biblioteca Nacional en la carta enviada al presidente de la Cámara del Libro, Carlos de los Santos, antes del pedido de la jefa de Estado.
Otro de los intelectuales kirchneristas que rechazó la presencia del escritor peruano en el evento fue el profesor de la Universidad de Buenos Aires (UBA) Ricardo Forster, quien el martes afirmó que no resulta “la mejor de las decisiones” dar a Vargas Llosa la apertura de la feria.
Evidentemente, los “intelectuales” argentinos dan muestras de una profunda confusión de roles, en su carácter de pretendidos “comisarios” de ideas en un ámbito que debería precisamente ser abanderado de la libre expresión, como la Feria del Libro, lo que contrasta con la manifestación de sentido común y apertura mental de la mandataria del vecino país, que es de esperar prevalezca finalmente ante tanta intolerancia e insensatez.