Locales | 16 Mar Hoy continúan las negociaciones en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social entre la Cámara de Gas Licuado y los trabajadores del sector, con la natural expectativa de la población ante la falta en todo el país de garrafas cargadas con supergas.
“Seguimos con la actividad de envasado en dos horas diarias, lo que da para abastecer parte de los servicios esenciales más importantes. Pero en lo que respecta al consumidor común, estamos sin gas desde el sábado”, dijo a EL TELEGRAFO el gerente de la empresa Riogas, Gustavo Graña.
Con respecto a la reunión de hoy, dijo que “estamos en plena negociación para tratar de llegar a un acuerdo y que se destrabe esta situación, sobre todo por la indignación que conlleva el hecho que la población esté de rehén y no le llegue el producto”. Aseguró que “la intención nuestra es tratar que esto se solucione lo antes posible”.
Dos aspectos diferentes
Sobre cuáles son las diferencias que hay entre la propuesta patronal y el reclamo de los trabajadores, Graña dijo que “yo lo divido en dos”, una la parte salarial y otra la situación laboral.
Con respecto al aumento salarial, el gerente dijo que se ofrece el 12,62% en tres años, sin el IPC, y el sindicato está en el 17%. “Y eso que parece poca diferencia, no lo es a la hora de sentarnos a negociar, porque se agregan otras cosas. Pero si habláramos solamente de diferencia salarial y la jornada de trabajo actual, la diferencia es muy chica, y estamos cercanos”.
A juicio de Graña, la propuesta de las empresas “es muy buena, y además hay que ver que los salarios que se pagan en el supergas son buenos. Un operario número 1, como le llamamos, que es el base, gana un promedio de 23.000 pesos líquido, y es el salario más bajo de operario de planta, por lo que no estamos hablando de niveles fuera del mercado, sino todo lo contrario. Y el aumento del convenio anterior fue de un 16% por encima del IPC, por lo que no se viene perdiendo capacidad de consumo”.
Detalló que “proponemos un aumento en los próximos tres años de un 39%, lo que es un aumento real de salarios de casi el 13%, porque el restante 24% es el IPC (Índice de Precios al Consumo). El sindicato, en la última reunión, pidió un 45% (con IPC) más pasar a seis horas la jornada (actualmente de ocho) con el mismo salario, lo que sería un 22% más”.
Ese tema “lo estamos separando, y tanto lo de las seis horas como el peso de la garrafa se están manejando en otra comisión tripartita de Seguridad, salud e higiene laboral, que se formó hace algún tiempo y está discutiendo esos temas. El reclamo de pasar a seis horas es por un tema de salud laboral, no de dinero”, explicó, agregando que “desde nuestro punto hacemos el mayor esfuerzo para que no sea tanta la distancia, estamos cerca, pero al momento de negociar se mezclan las cosas y se habla de temas que tienen diferentes características”.
Muchos temas nuevos
Sobre por qué a su juicio no se ha llegado a acuerdo, dijo que “por poner muchos temas arriba de la mesa, cuando parecíamos estar cerca del acuerdo aparecía un tema nuevo y, sobre todo, temas que estaban siendo discutidos en la comisión tripartita, y eso conlleva a que se haya trancado la negociación”.
Puso como ejemplo que “la propuesta de las seis horas de trabajo lleva un montón de variables, como inversiones que hay que hacer, porque tiene un costo adicional que alguien tiene que pagar. Porque la jornada de seis horas manteniendo los mismos salarios que de ocho hace que de algún lado tengan que salir esos recursos y uno lo que no quiere es que sea el consumidor el que termine pagando todo y haya que aumentar el producto”.
“Estamos convencidos que la forma de solucionar esto es con el diálogo, tomar conciencia de la dimensión que tiene el problema que los uruguayos no tengan supergas y tratar que lleguemos a un acuerdo”, dijo.
Industrias recibieron gas
Consultado sobre qué pasó con las empresas -como Envidrio o La Mallorquina- que dependían del gas a granel para continuar produciendo, dijo que “eso se solucionó el sábado de tarde, que se está entregando sin problemas”.
Con respecto a la periodicidad con que se han dado diferencias entre trabajadores y empresas --que determinó varios paros los años anteriores-- y por qué se repiten, dijo que “cada caso que hemos tenido en la historia ha servido para aprender y lograr acuerdos. Cada uno tiene sus particularidades y, en este caso, si bien estábamos negociando en el Consejo de Salarios o en las otras comisiones, nos sorprendió esta medida extrema y apurada, porque las negociaciones estaban por su camino lógico”.
“Pero la decisión del sindicato fue esta medida extrema de no envasar como forma de presionar para una solución inmediata y ahí fue que se dieron estos hechos y el desabastecimiento. Pero nosotros no nos levantamos ni nos fuimos de la negociación, al contrario, y desde ese momento lo que hicimos fue dar nuestro máximo esfuerzo para acercar lo más posible las partes, pero todo tiene un límite”, puntualizó.