Opinion | 15 Mar Cada vez más sanduceros están adoptando la saludable costumbre de hacer ejercicio al aire libre. Es algo que se puede comprobar fácilmente si salimos temprano a la mañana o a la tardecita en zonas como la costanera o Ruta 90 en las inmediaciones de la ciudad de Paysandú.
Ambos lugares son utilizados por las personas tanto para caminar, correr o trotar como andar en bicicleta. Si bien en parte de la costanera existe una senda para caminar, este tipo de infraestructura es inexistente en Ruta 90, que parece concitar la preferencia de centenares de personas cada día para realizar ejercicio físico.
Por este motivo, la zona presenta un importante tránsito de peatones y ciclistas que utilizan ambas banquinas para realizar caminatas, principalmente en el trayecto comprendido entre el Trébol y las inmediaciones de la Exposición Feria –aunque se encuentran ciclistas hasta varios kilómetros más al Este--, lo que genera riesgo de accidentes puesto que se trata de una ruta de intenso tránsito.
En especial, la coincidencia del atardecer –dado que el sol encandila a los conductores que circulan hacia el Oeste– con el aumento de la cantidad de peatones y ciclistas, representa un peligro adicional.
Habida cuenta que cada día son más las personas que utilizan la ruta con la finalidad antes señalada, cabe preguntarse sobre la posibilidad de construir una senda peatonal lo suficientemente ancha para que también pueda ser utilizada por bicicletas, en el costado Sur de la ruta, donde se dispone de un amplio espacio desde el Trébol hasta el kilómetro 7 por lo menos.
Sendas similares existen y son utilizadas con éxito en distintas ciudades del mundo, incluso en Uruguay. Por citar un caso, cabe señalar la existente junto a la ruta 3 en los accesos a la ciudad de Trinidad, que cuenta con bancos para descansar y coquetos faroles. Allí se ha asfaltado una senda de tres kilómetros, que va desde el puesto de información turística existente en el límite de la ciudad hasta la Reserva de Flora y Fauna “Dr. Rodolfo Tálice”.
Si bien es verdad que una ruta no se ha hecho como lugar para hacer ejercicio, lo cierto es que a veces los ciudadanos se apropian de los lugares públicos dándoles nuevos usos. En este caso, bien se podría fomentar la cultura de vida saludable a través de la construcción de una ciclovía y senda peatonal, lo que no sólo sería un atractivo para la ciudad sino que otorgaría la seguridad al tránsito de la zona.