Locales | 28 Mar La empresa IDA, representante para Uruguay de las viviendas industrializadas en paneles de fibrocemento Dimarbo, producidas en Argentina, expresó su descontento porque las casas están habilitadas para construcción en el departamento de Paysandú con excepción de los centros termales. La principal ventaja de estas viviendas es su bajo costo, de 550 dólares por metro cuadrado, ante los 1.200 dólares en construcción tradicional.
“Hay mucho dinero invertido, lo mismo que mucho tiempo invertido. Hay mucha gente alrededor, empresas, y nos encontramos con este problema, que ha sido muy lamentable para nosotros. Seguimos luchando, pero creo que ya queda poco tiempo para concretar negocios”, dijo a EL TELEGRAFO, Daniel Acosta, titular de la empresa, quien se ha asociado a Oscar Corts para la venta de estas viviendas.
“Decir que las casas no están habitadas” para los centros termales “es perjudicial para nosotros” especialmente porque “el mes que viene construiremos una vivienda en termas de Daymán, sin problema alguno; y estamos trabajando en el plano para construir una en el balneario Las Cañas, también sin problemas”, explicó Acosta.
Resaltó la buena disposición “del director general de Obras, Flavio Fuccaro” pero fustigó “la burocracia que existe en nuestra Intendencia” que a su juicio impide que su proyecto fructifique. “Hace muchos años que ando en la calle, conozco lo que es la Intendencia; he hablado con muchos inversores que lamentablemente (por las trabas) no han invertido en el departamento”.
Desde hace un año
“Encontramos esta oportunidad de brindar viviendas a bajo costo hace un año y vimos una gran oportunidad para brindarle a quienes no pueden acceder al mercado inmobiliario por sus altos costos, una alternativa económica y duradera, entre 20.000 y 50.000 dólares”, indicó Acosta.
Aseguró que cuando contaron con el legajo de construcción de la empresa argentina “lo presentamos en la Dirección de Obras para poder obtener el correspondiente permiso para luego sí comercializarlas”, y transcurridas algunas semanas “nos entregaron la habilitación” tras lo cual “construimos un show room en Baldomero Vidal y Antonio Estefanell”, una casa modelo que puede apreciarse actualmente.
El proceso de construcción “no supera los veinte días” pero se entregan “a los dos meses debido a los planos y los trámites en la DGI, porque entregamos la casa con todos los trámites realizados”.
Acosta agregó que en el bajo costo de las viviendas también incide “que los costos del BPS son sensiblemente menores porque el tiempo de obra no supera los veinte días”.
Interés desde Termas
de Guaviyú
Cuando comenzó la última etapa de remate de solares en termas de Guaviyú la empresa comenzó a recibir consultas de potenciales clientes de Montevideo y Argentina. “Les interesó la sólida construcción y la rápida construcción”, sostuvo Acosta.
Finalmente apareció un cliente residente en Guichón “que hacía tiempo tenía un terreno y no había podido construir aún. Vio nuestras casas y decidió adquirir una”, añadió. Pero cuando poco antes de pagar la seña “del cincuenta por ciento” comentó a “una de las arquitectas de la Intendencia su intención y fue entonces cuando se le dijo que nuestras viviendas estaban habilitadas para Paysandú con excepción de las termas. Ahí nos enteramos nosotros también”.
“Sorprendió a todo el mundo. Los más sorprendidos fuimos nosotros, porque habíamos hecho las cosas bien, presentando todo. Son casas que se usan en Buenos Aires, Europa, Chile. No hablamos de casas de plástico, sino de casas duraderas y fuertes”, comentó Acosta, quien se lamentó porque “llevamos tres meses y no hemos podido solucionar esto”.
SIN SOLUCIóN
Tras el tropiezo “volvimos a hacer el trámite” y recibieron nuevos pedidos, entre ellos “un informe del LATU que certificara que las casas no fueran contaminantes, lo que no pudimos obtener porque no hacen ese tipo de exámenes” ante lo cual “pedimos a la fábrica en Argentina que nos enviara una certificación, lo cual hizo por e-mail, pero pidieron el original, que ahora está en viaje”. Acosta hizo hincapié en que “en 1996 las cosas eran diferentes. No había autos chinos y ahora estamos minados de autos chinos. Ha cambiado la tecnología. Estas cosas tienen que ser acompasadas por la ordenanza vigente, que no puede seguir en el pasado, cuando todo se transforma”.
“Las viviendas son sólidas, seguras y duraderas” resumió Daniel Acosta, quien además expresó su “asombro” porque la Intendencia habilite en los centros termales “casas de madera, pero no permita hacerlas de fribrocemento. Realmente es algo que llama mucho la atención”.