Paysandú, Viernes 08 de Abril de 2011

Reafirmando el rumbo, pero...

Opinion | 04 Abr Durante la cena el sábado por la noche en el Hotel Conrad de Punta del Este, con presencia de unos 1.200 empresarios de Argentina, Brasil y Uruguay, el presidente José Mujica y el vicepresidente Danilo Astori formularon sendas exposiciones en las que procuraron alejar los temores de que los cambios tributarios que está analizando el gobierno fueran a cambiar bruscamente el rumbo la línea económica, como ha sido planteado por sectores ortodoxos del Frente Amplio.
Es que un día sí y otro también se han divulgado comentarios y reflexiones de connotados dirigentes políticos y parlamentarios de grupos de la coalición de izquierdas que han puesto énfasis en promover una “redistribución” forzada de la riqueza apuntando a la vez a captar más recursos mediante impuestos a sectores que en su visión tienen marcada rentabilidad y deberían aportar en mayor medida al bien común.
Pero antes de los discursos de Mujica y Astori, las cámaras empresariales dieron a conocer un documento en el que alertan al gobierno sobre las consecuencias que podría implicar un cambio de las reglas de juego ya establecidas, desde que en el ámbito empresarial se han previsto inversiones y escenarios supuestos en base a condiciones preestablecidas que se pretendería cambiar de un momento a otro.
En su discurso, Astori agradeció los planteos de los empresarios y subrayó que “hemos venido a comprometernos con el rumbo y la orientación” de la política económica, y sostuvo paralelamente que ratificar el rumbo “no significa no hacer cambios”, por lo que si la realidad cambia, el gobierno está obligado a leer esos cambios y hacer los ajustes, que “no es lo mismo que cambiar el rumbo o la orientación”.
Evaluó que “rumbo es continuar por esa senda que nos permite ir superando las dificultades estructurales históricas que hemos vivido”, considerando además que los estímulos fiscales han jugado un papel fundamental en el desarrollo del país, y subrayó que los cambios tributarios que el gobierno está analizando no apuntan a desestimular la inversión, sino a “modernizarla” y “potenciarla”. “No vamos a renunciar a esos estímulos fiscales” para la inversión, afirmó Astori.
Habló además de fortalecer las herramientas contra la inflación, y de la necesidad de una “enorme prudencia fiscal”, un aspecto central en la política económica del gobierno. El caso es que pese a las manifestaciones del ex ministro de Economía y Finanzas, es notorio que el gobierno no ha sido cauto en cuanto al gasto público y ello repercute en las cuentas del Estado, al punto que todos los ingresos por aumento de la recaudación se están manejando como si la buena racha internacional fuera a durar para siempre, y este es un aspecto que preocupa al mundo empresarial como asimismo a los economistas y todo aquel ciudadano que ya ha vivido malas experiencias, por gobiernos que en tiempos de vacas gordas han hecho previsiones en el supuesto de que este escenario iba a durar eternamente.
Estas dudas no fueron despejadas por el vicepresidente, pese a sus enunciados sobre la “enorme prudencia fiscal”, aunque tanto Astori como el ministro de Economía, Fernando Lorenzo, han anunciado que se oponen a un aumento del IRAE y de la presión tributaria al agro, como están pidiendo el MPP y el Partido Comunista.
Por su lado, en este foro Mujica fue por el mismo camino que Astori y proclamó que “los cambios que puedan surgir serán producto del momento, pero nunca cambio de rumbo”.
“Entiendo perfectamente las leyes del capitalismo; no tengo que pedirle altruismo al capitalismo porque está para multiplicar riqueza y reproducirse”, dijo Mujica en otro tramo de su discurso, y añadió que “sabemos perfectamente el valor que tienen ciertas reglas de juego para que la economía capitalista funcione”.
Por otro lado, el presidente alertó por lo que pueda ocurrir en Asia, la crisis en Japón y el grado de recuperación de la economía europea. “Todos ellos factores demasiado grandes como para que no despierten alerta”, dijo, y este es precisamente el punto a señalar, porque por más que Mujica y Astori así lo señalan, los sectores de la fuerza de gobierno que piden más y más gasto social, más compromisos con los “cambios”, se manejan con un criterio cortoplacista y voluntarista de tal grado que parece que el mañana no existe, y no advierten --o no quieren hacerlo-- que la economía debe ser sustentable precisamente en defensa de los grupos más postergados que se dice querer defender, porque son los primeros que sufren el drama cuando la economía se derrumba en las sucesivas crisis.
Y es de recibo el planteo de las cámaras empresariales respecto a que “las políticas anticíclicas son necesarias para evitar el impacto de los shocks externos negativos que caracteriza a los ciclos económicos. Para ello, es recomendable que en las épocas de auge de la economía se inicie una estrategia de cautela fiscal, mayor a la observada en los años recientes”.
Es que, lamentablemente, hasta ahora el gobierno sigue jugado a seguir gastando todo, sin a la vez abordar los cambios estructurales que deben partir de la reforma del Estado, que por el momento sigue cual vaca sagrada intocable, para desventura de las actuales y sobre todo de las futuras generaciones.


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