Paysandú, Viernes 08 de Abril de 2011
Locales | 08 Abr Tal como ocurriera a fines del año pasado, esta semana se perpetraron nuevos intentos de extorsión a comerciantes sanduceros, a quienes se los llama telefónicamente, en este caso en nombre de un inspector de la Dirección de Higiene y se les intima a pagar al supuesto funcionario un soborno o arriesgarse a una clausura.
Autoridades municipales se mostraron “muy preocupadas” por la situación y subrayaron que “ningún comerciante puede aceptar algo así, porque la Dirección de Higiene jamás hace procedimientos telefónicos sino presenciales. Y si hay dudas, por favor, primero consulte que aquí se le darán todos los detalles o se le explicará que están ante un hecho delictivo”.
El modus operandi es similar al registrado a fines del año pasado en perjuicio de comercios de Guichón y Quebracho. En una llamada telefónica al comerciante, una voz se identifica como el inspector de Higiene Gustavo Gentile, un funcionario con veinte años de trayectoria en el cargo, y se les indica que se los ha encontrado en falta, por lo que o hace un giro por Abitab o su comercio será clausurado por determinada cantidad de tiempo. La extorsión asciende a entre 4.600 y 5.000 pesos, más una recarga electrónica de un teléfono celular, que en algunos casos sumó otros 600 pesos a la operación.
El propio Gentile aseguró que “estoy tranquilo, pero son momentos que no los quiero pasar, porque es el nombre mío el que anda como responsable de un delito” y aseguró que “se ha hecho la denuncia correspondiente, y ya es un expediente voluminoso”.
El director de Higiene, Jorge Ziminov, confirmó la denuncia, subrayando que “se ha tipificado el delito como complejo y se prosigue la investigación”.
Emilio Roque Pérez, director general de Servicios, expresó que “nuestros inspectores están bien identificados y nunca hacen llamadas telefónicas para pedir dinero”. En ese mismo sentido Mauro Soto, subdirector general del mismo departamento, aclaró que “ningún inspector está autorizado a cobrar o indicar el monto de la multa, pero sí a notificar e intimar”.
“Pero el cobro es a través de un trámite administrativo, no por el inspector. Si así ocurriera, debe denunciarse de inmediato en la Dirección de Higiene, aunque queda claro que estos hechos son perpetrados por personas que nada tienen que ver con la Intendencia”.
La química Anabella Esteves explicó el procedimiento de inspección. “Es presencial, jamás telefónico. Si se constata una falta se hace una observación y se labra un acta, de la cual se le da copia al comerciante. En una segunda visita se hace una nueva acta si se siguen detectando irregularidades. Hay una tercera acta y recién después se intima a regularizar en un plazo determinado. Si no ocurriera eso, se da paso a la multa o clausura, según corresponda, pero todo el proceso puede demorar entre tres y cuatro meses y el inspector jamás pide o debe recibir dinero”.
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