Paysandú, Viernes 15 de Abril de 2011
Locales | 15 Abr Al conmemorarse los 180 años de la matanza de los Charrúas sobre las costas del arroyo Salsipuedes grande, el historiador Gonzalo Abella efectuó en Guichón y Tiatucura una serie de charlas. En diálogo con EL TELEGRAFO repasó parte de uno de los capítulos más tristes de la historia uruguaya, precisando que “el 11 de abril de 1831 fue una derrota muy importante del proyecto artiguista, cronológicamente la tercera. La primera derrota de Artigas fue en 1820, la derrota militar. Artigas perdió la Banda Oriental, se replegó en Entre Ríos, terminó derrotado militarmente en Misiones y cruzó al Paraguay. Pero después siguió la esperanza, porque Artigas pensó en volver”.
“Con los 33 Orientales se abrió una segunda esperanza. Pero la segunda derrota de Artigas fue política, pues el 18 de julio de 1830, con la Jura de una Constitución separatista, se rompió el sueño artiguista de patria grande”, dijo el historiador.
Agregó que “Artigas se había jugado por las Provincias Unidas, pero a su tierra natal la separaron del gran sueño americano por maniobras de los ingleses, esa fue su segunda derrota. Después de 1830 quedaba en suelo oriental la base social del artiguismo y rumores permanentes de que José Artigas volvía. Fue así que en la aldea Charrúa comenzó a refugiarse toda la gente de Artigas que, como dice el paisano, estaba buscando comparsa para resistir. Porque se venía la restauración del latifundio, donde se iban a expulsar todos los donatarios artiguistas, quienes, al no estar Artigas, se apoyaron en los Charrúas. Por lo tanto, destruir a los Charrúas fue destruir la base social del artiguismo y la estructura organizada de pueblo que puede recibir una vuelta de Artigas. Dispersar a los Charrúas no fue un tema genético, no fue una limpieza étnica. Porque a muchos niños Charrúas no los mataron, les hicieron olvidar su identidad. Fue romper aquel sector social que podía sustentar un nuevo avance del artiguismo como ideología y un nuevo avance de la patria grande”, enfatizó el docente.
En cuanto a la opinión actual sobre Salsipuedes, Abella sostuvo que “a veces uno piensa que eran otras épocas. Pero es muy peligroso hablar de que el siglo XIX era otra época. Siempre hay hechos históricos que se pueden leer en grises, pero un genocidio es un genocidio, ahí no hay dos juicios posibles. En el siglo XXI, después de haber pasado dictaduras en el siglo XX, cuando todavía estamos buscando las tumbas de los desaparecidos, estos hechos de comienzo del siglo XIX no pueden olvidarse. Porque si perdemos un pedacito de memoria, la perdemos toda. En el siglo XXI tenemos nuevas amenazas. Al campo lo están matando con venenos”.
“A veces uno piensa que Artigas cuando defendió a los Charrúas, estaba pensando en el siglo XXI. Estaba pensando en todo el camino que nos queda por andar y que va a requerir de nuestros muchachos. Además, la clase política no nos entiende, es por eso que necesitamos estos encuentros y entender que significa este memorial”, enfatizó el historiador. En cuanto a la postura del partido Colorado sobre la figura de Fructuoso Rivera, Abella sostuvo que “el partido colorado ha tenido suficiente caudal de ciudadanos ilustres como para entender que su historia interesa y es parte del país. Podría repasar una lista importante de intelectuales de fuste dentro del partido Colorado, pero sinvergüenzas hay en todos lados”. “Yo tengo muchos amigos colorados que entienden perfectamente la cosa. Tenemos tantos valores en nuestra historia que no podemos encubrir a los genocidas”, puntualizó Abella.
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