Paysandú, Viernes 22 de Abril de 2011
Nacionales | 15 Abr “Lucha por la sillita”
Eleuterio Fernández Huidobro, un peso pesado dentro de la izquierda, frenteamplista de la primera hora, sigue dando palos a su propio partido. Fernández, quien renunció a su banca en el Senado tras votar a favor del proyecto interpretativo de la ley de Caducidad por disciplina partidaria, dijo que en el Frente Amplio hay una “lucha por la sillita”.
“Nosotros consultamos a conciencia en la CAP-L el texto de la ley interpretativa con abogados de izquierda y llegamos a la conclusión que es malo, aunque se salga a decir el disparate de que estamos defendiendo la impunidad. Los abogados que consultamos dijeron que era un mamarracho, estaba mal hecho el proyecto, mal redactado”, dijo al ser entrevistado por El País.
“Hay inconstitucionalidades y violaciones a los derechos humanos en el texto. Pero como no soy abogado me afilié a una tesis y la defendí, quedé en minoría y no tuve otra que acatar y votar. Ojalá tenga razón la mayoría y nosotros estemos mal asesorados y equivocados. Es una tragedia para la gente que se llenó de expectativas y que un día se entere que no es así, la verdad que no quiero estar en su pellejo. El texto no va a lograr los efectos para los que fue creado, tiene trancas y debilidades jurídicas. Lo primero que va a hacer cualquier abogado es ir a la Suprema Corte de Justicia y es muy probable que se decrete la inconstitucionalidad”, añadió.
Y aclaró que su renuncia “es indeclinable. Sería un mamarracho hacer eso”. Consultado sobre quién cometió el “error político” de insistir con la anulación de la Caducidad, respondió: “Todos los que tomaron la iniciativa, inclusive Almagro. Sin ningún problema lo digo. Mi pelea y la de la CAP-L fue para convencerlos, de que esto está endeble y es fácilmente atacable. Por esto vamos a pagar después el desaliento de gente que creó expectativa”. Fernández admitió que su renuncia puede influir de alguna forma en el ingreso de la CAP-L al Frente Amplio. “Puede ser, si se tiene en cuenta que los mismos sectores mezquinos que tomaron la resolución democrática de que salgamos a buscar firmas para ingresar al Frente, teniendo 78.000 votos, senador y diputados, tienen mucho poder”, añadió. Y no duda en reconocer los motivos por los que se le hace oposición a la CAP-L: “Por lucha por el poder dentro del Frente Amplio, que no sirve para nada, pero que para los burócratas es fundamental. Es la lucha por la sillita”.
¿Rápida expulsión?
A los del Frente Amplio les quedó la sangre en el ojo con la actitud del senador Jorge Saravia de votar una interpelación a los ministros Luis Rosadilla y Eduardo Bonomi y no apoyar el proyecto interpretativo de la ley de Caducidad ni siquiera por disciplina partidaria. Por eso le dará un rápido tratamiento a su expulsión. Sin embargo, no todos los sectores están de acuerdo.
Fuentes frenteamplistas señalaron a El País que Vertiente Artiguista está dispuesta a presentar una moción para que el próximo plenario nacional, que se realizará a principios de mayo, resuelva la expulsión del senador. Esto es porque el pasaje a un Tribunal de Conducta Política puede implicar un largo proceso de por lo menos dos años. Mientras que Espacio 609 pedirá a Saravia que renuncie a su banca en el Senado, según fuentes del sector. El senador comunista Eduardo Lorier considera que la única alternativa para resolver el tema es un Tribunal de Conducta Política. “Es el único camino que da garantías a todo el mundo, creo que es lo más sano y conveniente para todos”, dijo a Últimas Noticias. Pero no todos están de acuerdo. Algunos sectores no se inclinan a remover más las diferencias internas sobre los derechos humanos. De acuerdo a lo informado por fuentes de la izquierda al matutino antes citado, quedó en evidencia que “salvo para los sectores históricamente identificados con esa lucha, la temática de los derechos humanos no es un punto especialmente relevante”. Mencionaron que la sesión del martes demostró que el tema tampoco era importante para la opinión pública, ya que hubo escasa concurrencia al Palacio Legislativo y no se produjeron grandes manifestaciones.
Saravia, un tema menor
Aseguraron que, luego del debate, el Frente Amplio quedó “dividido” y que “el principal problema que se instaló es la disyuntiva de tener cuatro años más de gobierno con un Parlamento dividido”. Es por eso que el futuro del senador Saravia es considerado por algunos sectores como un “tema menor”, que de todos modos generó división interna. Según las fuentes, los sectores que no estuvieron vinculados a la redacción y aprobación del proyecto defenderán en estos ámbitos su posición de que no se expulse a Saravia, pues entienden que “sacar a un senador implicará una división aún mayor”.
Argumentan que se sacaría a Saravia por no haber votado la eliminación de la Caducidad cuando antes otros no votaron leyes importantes para la izquierda. Sectores como Asamblea Uruguay, el MPP o la Alianza Progresista se pondrán “firmes” en que se logró aprobar el proyecto y es hora de “seguir adelante”.
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