Rurales | 19 Abr Pasaron 22 días para que las precipitaciones volvieran a sentirse en esta zona del Litoral, apaciguando algo del malestar reinante entre los productores, “poniendo un manto de alivio” como indicaron otros, pero dejando en claro que este año hasta el momento, no ha sido fácil de sobrellevar el déficit hídrico.
Un factor interesante es que las lluvias fueron generales a nivel del departamento y la región y que los guarismos fueron considerados “buenos” por los productores consultados por EL TELEGRAFO.
El mayor registro se verificó en la zona de Guichón con 40 milímetros; en Arroyo Negro 38, en la zona de Colonia Batlle y Ordoñez llovió 32, en Guaviyú y Arroyo Malo fueron 30, en la Estación de Meteorología de Paysandú 27 y Guarapirú 20.
Se puede decir que es un agua “muy bienvenida” al ingreso mismo del otoño, climáticamente hablando. Recién esta semana la temperatura se acercó a los 10 grados en las primeras horas, y con el advenimiento de temperaturas menores, los productores aguardaban con expectativas que se registraran lluvias que “calmaran” la situación. En el sector agrícola la situación es variada. Por el lado de quienes están prontos para cosechar las sojas de segunda estas lluvias no generan nada en particular, en cambio para los que se preparan para la zafra de invierno llegan en un momento más que adecuado.
A nivel del sector lechero, los tamberos de la zona se mostraron muy satisfechos por lo acontecido este fin de semana. El agua caída no fue muy fuerte y permitió ayudar en la implantación de las praderas, no generando barro que puede perjudicar el normal funcionamiento de los tambos y de la caminería interna.
Para la ganadería los cambios no son tan evidentes. Fueron 22 días sin agua, pero de un mes muy pobre en lluvias. El promedio normal de marzo es de 147 milímetros y apenas fueron 38 los registrados en el tercer mes del año. Incluso en febrero la última lluvia que se puede considerar interesante fue entre el 22 y 23 de ese mes, con 40 milímetros, y luego volvió a llover el 25 de marzo, o sea un mes sin precipitaciones de consideración.