Locales | 25 Abr Con trabajos en textiles, plata y cerámica, así como cestería, tallado en madera, cuchillería y batido de metales, alrededor de diez artesanos de todas partes de Argentina dijeron presente por primera vez en la Semana de la Cerveza, en representación de la Fiesta Nacional de la Artesanía de Colón-Entre Ríos.
Ana Leiva, del Chaco, indicó que los canastos, carteras y morrales que exhibió en la carpa destinada a los artistas argentinos, fueron confeccionados manualmente con hojas de palma y agujas. En ese espacio también se ofrecieron jarros, tazas, azucareras, sartenes, budineras, pailas y elementos para fondue realizados en cobre.
Luis Morar, de Colón, moldea la chapa utilizando martillos, para lo que además se requiere una fragua para calentar el cobre y así poder trabajarlo. “A medida que se va golpeando y al entrelazarse los cristales del material, se endurece y hay que volver a cocinar para poder seguir avanzando”, dijo el artesano, quien aseguró usar cobre de primera calidad “porque son elementos de cocina y eso lo encarece bastante, pero está la tranquilidad de que es un buen metal”.
Los trabajos en cuero crudo también encontraron su lugar en la feria sanducera. El artesano en guasquería de Sunchales (Santa Fe), Alcides Cararo, realiza un trabajo con tiento de excelente calidad. Efectúa cortes de 7 u 8 décimas de milímetro y emplea en cada trabajo una técnica muy variada, confeccionando cabos de cuchillo, facones, rebenques, cintos, llaveros y hebillas.
También llegó a Paysandú un artesano del damasquinado, técnica utilizada desde épocas muy remotas en el Antiguo Egipto, en Grecia y en Roma, así como en China y Japón. Luego del trabajo del montaje de la hoja del cuchillo y el mango, la práctica artesanal consiste en la realización de figuras y dibujos mediante la introducción de finos hilos de oro y plata, en este caso particular en madera y asta. Este artesano cordobés se encarga de damasquinar cabos de cuchillos y tenedores, vainas y estuches de cortaplumas en madera y guampa.
Cerámica
Jessica Chara pertenece a una familia chaqueña y se dedica a elaborar manualmente piezas en arcilla, a las que se les da la terminación con cucharitas de alpaca. Cada pieza lleva unos tres días de trabajo. Según explicó, primero “le mezclamos el barro, la tenemos que dejar en agua un día entero y al otro día recién le preparamos la mezcla con aserrín y le hacemos la pasta con la que trabajamos, y ahí ya podemos moldear”. Luego de haberle dado forma a la pieza, se la deja orear para luego volver a trabajarla, alisándola y trabajando en los detalles. Una vez lista se seca al sol y luego se la hornea.
Carlos Moreyra es un excelente escultor en cerámica. Ha realizado excelentes trabajos que comenzaron siendo solo un puñado de arcilla. Tras obtener la forma deseada, el artista trabaja en los detalles de la pieza y la deja orear. Luego le practica un corte longitudinal y la ahueca, dejándola más liviana y quitándole las burbujas de aire. Posteriormente la pieza se cuece y cuando está en estado de cuero --estado rígido de las piezas crudas cuando ya no obedecen a la presión de los dedos-- el artesano puede comenzar a esgrafiar, bruñir o engobar. Precisamente, el color se logra mediante el engobe, pasta que se obtiene mezclando arcillas de diferentes tipo y colores con agua. Este producto se aplica a modo de pintura sobre las superficies a colorear. Moreyra posee una gran habilidad para explotar su conocimiento de las diferentes arcillas y sus componentes (cobre, plomo, etcétera), sus diversos colores y su reacción al fuego, para obtener los colores más naturales.
Madera
Gustavo Da Silva vive en Colón y es un gran tallista que trabaja en plano y volumen desde hace más de 20 años. Integra el “Patio del Tallista”, evento desarrollado desde hace 54 años en el marco de la Fiesta Nacional de la Artesanía, que reúne a más de 20 personas trabajando simultáneamente con un tronco de poco más de un metro de alto, por unos 40 cm. de diámetro. Los artistas tallan por más de seis horas durante seis días y la temática del año pasado fue la fauna autóctona. De ese festival nacieron, el loro, el águila y una pieza no figurativa --influencia aborigen de la zona de Jujuy-- que se expusieron en la primera carpa del predio ferial.
El artista trabaja preferentemente con algarrobo, por ser la madera más noble y por su fácil conservación a la intemperie, o también con Quebracho --aunque no es fácil de conseguir--. Para tallar estas piezas se utilizan herramientas varias como motosierra, amoladora, diferentes discos de lija y diversas gubias --planas y curvas--. Una vez que se obtiene la forma deseada, se lija la pieza y se trata la superficie con barniz o impregnantes. Los colores se obtienen del oxidado de la madera lastimada pero además gracias a la utilización de diversos tintes naturales o industrializados.
El artesano también se dedica a otro estilo de trabajo tallando pequeñas piezas en madera, dándoles forma de animales e insectos. “Pertenece a un estilizado y tienen una evolución diferente, con tintes y en pino. Se trata de que la gente tenga un animal en madera y no lo vaya a buscar y embalsamarlo”.