Locales | 26 Abr A un año de instalada formalmente la “Mesa de Convivencia y Participación Ciudadana”, los vecinos de plaza Artigas siguen básicamente con los mismos problemas que vienen planteando desde hace años, con el agravante de que la herramienta oficial, estimulada por el propio Estado uruguayo, no es aparentemente considerada válida por las propias autoridades locales que deberían integrarla. Los vecinos, no obstante, insisten en buscar caminos de convivencia en una zona por demás complicada, y donde se presentan problemas como consumo y comercialización de drogas, menores consumiendo alcohol, “picadas” de motos, ruidos molestos y mal uso de una plaza donde no hay baños públicos.
Muy pocos avances
“Si bien nos reunimos cada dos semanas desde hace un año, hemos tenido muy pocos avances”, explicó a EL TELEGRAFO un grupo de vecinos representantes de más de 50 firmantes de las notas formales. Las reuniones, que se cumplen en el local del Círculo de la Prensa en avenida Brasil casi Zelmar Michelini, cuentan con la participación de representantes de la Jefatura de Policía y de la Intendencia Departamental, pero “no se ha avanzado mucho”. Dijeron que por la Intendencia “viene siempre Canoniero (Haroldo, director de Tránsito) con buena onda y muchas veces oficia de gestor con otras reparticiones municipales”. Pero en las dos últimas reuniones, ninguna de las dos, ni Policía ni la Intendencia, estuvieron en la reunión.
Tampoco participa la coordinadora departamental de las mesas de convivencia y participación ciudadana en Paysandú y Salto, la asistente social Carla Epíscopo, una funcionaria del Ministerio del Interior que “vino solo a la primera reunión”.
Piden participación oficial
Los vecinos reclaman --en función de la integración oficial que deben tener las mesas-- que concurran los integrantes básicos, es decir representantes de los ministerios del Interior (específicamente el comisario de la seccional a que pertenece el barrio, además de la coordinadora departamental) y de Desarrollo Social (con al menos uno de los coordinadores territoriales); representantes de la Junta Nacional de Drogas (JND) o su similar departamental, el Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay (INAU), representantes del Poder Judicial (según reciente decisión de la Suprema Corte de Justicia). También está prevista la participación de empresas de la zona, además de los vecinos. En Paysandú, básicamente son los vecinos quienes siempre concurren y hacen planteos. “Nos preocupa la ausencia de esas otras autoridades, por el tipo de problemas que se dan en la plaza y su entorno”, dijeron.
Esperan respuestas
Los problemas “siguen siendo” el desorden general en el entorno de la plaza, la presencia de aparentes proveedores y también (más visiblemente) consumidores de drogas; el consumo indiscriminado de alcohol que incluye a menores de edad; las “picadas” en moto en la vuelta de las calles Entre Ríos, Don Bosco, Zelmar Michelini y Leandro Gómez, aclarando que “no es todo el día, sino básicamente los sábados y domingos entre las 22 y las 2”. Las lomadas fueron nuevamente solicitadas por escrito con la firma de más de 50 vecinos de la zona, “porque se había dicho que iba una lomada en cada esquina y una senda peatonal entre las plazas y el monumento a Artigas, lo que bajaría la velocidad de los vehículos”. También, para evitar siniestros de tránsito, piden la instalación (como fue prometida oportunamente) de un cartel de “ceda el paso” en Entre Ríos casi Florida.
También a la Intendencia le piden respuestas por los baños públicos, habida cuenta de los cientos de personas que se reúnen en la plaza y a veces utilizan los jardines. “Hay baños en el carro instalado en la plaza, pero no son públicos, y hay un guardia vigilando la puerta”.
hubo algunas soluciones
Si bien detallaron los problemas, también hablaron sobre algunas soluciones que se han presentado. Aunque aparentemente no son muy efectivos, hablaron del intento de solución que hubo con los “despertadores” colocados en Entre Ríos casi Florida --que ya casi han desaparecido pues se hicieron de bitumen-- e insisten con instalar reductores de velocidad y lomadas.
Destacaron también que la presencia policial durante el año pasado logró que la mayoría de los jóvenes deje libre la vereda frente a la plaza, particularmente las entradas de vehículos, que los vecinos veían imposibilitada muchas veces y “gracias a eso ahora podemos entrar a nuestras casas sin problemas”, afirmaron. No obstante, extrañan el patrullero que “durante unos meses” se estacionó en la esquina de 18 de Julio casi Entre Ríos. Recientemente, en una reunión mantenida con el subjefe de Policía, inspector mayor Héctor Muñoz, se le solicitó “alguna ronda y guardia para la plaza, aunque sea cada una o dos horas”, a efectos de “marcar presencia” y minimizar algunos problemas.