Locales | 26 Abr Para muchos, la última noche de la 46ª Semana de la Cerveza en el Anfiteatro del Río Uruguay estaba marcada en lo artístico por un hecho histórico: la actuación en Paysandú de Los Olimareños. Integrado por Braulio López y José Luis “Pepe” Guerra, este dúo de Treinta y Tres llegó a ser, según algunos investigadores, el número musical más popular del Uruguay desde Carlos Gardel. Como se recordará, López y Guerra volvieron a reunirse en mayo de 2009, después de muchos años, con un multitudinario show cumplido en el estadio Centenario. Desde entonces han seguido actuando en forma ocasional. También en 2009 se había anunciado que lo harían en Paysandú, lo que no fue posible por la creciente del río Uruguay. Finalmente, la fiesta cervecera hizo posible el espectáculo.
Ante varios miles de personas, López y Guerra, ofrecieron un extenso recital en el que interpretaron 30 canciones, apoyados por tres músicos, con la excepción de algunas pocas en las que se acompañaron con sus guitarras. Al inicio, comenzó a sonar por los parlantes la serranera “Del templao”, en su versión grabada, mientras en la pantalla se veía girar un disco de vinilo. En mitad del tema se encendieron las luces, y la grabación fue reemplazada por las voces y las guitarras en vivo. A partir de entonces las canciones se fueron sucediendo, con unas pocas intervenciones habladas. Entre el público se veían muchas cámaras, registrando el momento. El clima era más que de euforia, de atención y respeto. En algunos rostros la emoción era visible.
Sin desmerecer su brillante trabajo vocal y la sonoridad inconfundiblemente uruguaya de sus guitarras, gran parte del éxito de Los Olimareños se debió a un extraordinario repertorio que recogió la obra de autores como Ruben Lena, Víctor Lima, José Carbajal, y muchos otros cultores de la canción folclórica del siglo XX en nuestro país, sin olvidar las composiciones propias y los temas de otras regiones de Latinoamérica, principalmente de Venezuela. Canciones como “La sencillita”, “Nuestro camino”, “Isla Patrulla”, “Adiós a Salto”, “Quiero a la sombra de un ala” o “Angelitos negros” fueron parte del show. Las únicas novedades fueron “Río de los pájaros”, de Sampayo, y de una chamarrita del entrerriano Linares Cardozo. Recrearon también algunas canciones del disco temático “Todos detrás de Momo” (1971), que aún hoy suena vanguardista y se halla entre lo menos conocido de su obra. Fue evidente además la intención de homenajear a Paysandú, con el tema de Sampayo ya mencionado y también con “La sanducera” y “Al general Leandro Gómez”.
Claro que sería mucho pedir que a los 69 años de López y 68 de Guerra las voces tuvieran el mismo brillo que en su juventud o las guitarras sonaran con la precisión de antaño. Sin embargo, más allá de pequeños detalles, el recital fue irreprochable, con una gran entrega desde el escenario y mucha emoción desde el público.
Luego de interpretar “Orejano”, López anunció la culminación del espectáculo. Entonces sí hubo euforia. Se oyó un enorme aplauso y la gente comenzó a pedir más canciones, logrando que el dúo interpretara cinco bises. La última canción fue “A don José”, milonga que desde su humilde origen en una escuela de Treinta y Tres llegó a ser declarada, en 2003, himno cultural y popular de la República. Todo un símbolo, para dar cierre a otro de los grandes momentos de la reciente Semana de la Cerveza.