Opinion | 30 Abr En reciente sesión especial de la Junta Departamental de Paysandú fueron conmemorados los 90 años de la Escuela Técnica “Arq. Leonardo Bulanti Ríos”, ex Escuela Industrial, que fuera fundada en la zona portuaria el 10 de abril de 1921, en un Paysandú que recién estaba asomando al Siglo XX y apostaba al trabajo y la modernización.
Ya entonces se perfilaba el Paysandú industrial, que se potenció a partir de la década del 40 y se consolidó en las décadas siguientes a través del trabajo de los hijos de este solar, con el legado de laboriosidad de inmigrantes procedentes de la vieja Europa.
Las fábricas, los talleres e infraestructura de apoyo, requirieron a la vez trabajadores con oficios y mano de obra capacitada, y en este sentido la Escuela Industrial cumplió un papel preponderante para formar estudiantes que en muchos casos fueron absorbidos por las fábricas, industrias, talleres, microempresas, y a la vez generó la posibilidad de que miles de sanduceros se formaran en múltiples oficios.
Décadas atrás solamente se apuntaba a la capacitación en aspectos básicos de unos pocos oficios como electricista, carpintero y herrero, pero con el paso del tiempo también se fueron planteando nuevas posibilidades y también se incorporó la formación de la mujer en peluquería, corte y confección, entre otras actividades, ampliando el espectro a medida que se integró al mercado laboral.
Más recientemente se anexaron nuevas áreas, a tono con los cambios en el mundo, y en buena medida ha quedado atrás el estigma de que solo debían ir a la escuela industrial los egresados de Primaria que no eran considerados aptos para estudiar en el liceo. Gradualmente ha sido superada esta dicotomía para dar paso a reales opciones que el joven adopta de acuerdo a su inclinación, pero también de cara a las posibilidades del mercado laboral, y por cierto que los oficios son una puerta de entrada prácticamente inmediata al mundo del trabajo y para abrirse paso en la vida como cuentapropista, llegado el caso.
Todavía hay carencias, por cierto, y se requiere actualización de cursos, mejora en infraestructura y equipamiento, para estar a tono con los desafíos que plantea la enseñanza técnica, pero la revalorización a que se ha hecho acreedora la mano de obra calificada seguramente permeará la enseñanza de oficios y contribuirá a su jerarquización, como todos aspiramos.