Opinion | 03 May La Junta Nacional de Drogas aprobó una estrategia nacional para el abordaje del problema de drogas hasta el 2015, que pone el énfasis en el combate de las llamadas “drogas legales”, fundamentalmente el consumo abusivo de alcohol.
El organismo, considera que dicho consumo es un “problema nacional” que se registra en todas las capas sociales y a todas las edades, que generalmente aparece vinculado a la violencia doméstica, accidentes de tránsito y la baja productividad en el trabajo.
Desde esa perspectiva, intenta promover un cambio en el patrón de conducta “del uruguayo medio” al respecto, “lo cual no significa obviamente que no se pueda tomar una copa de vino o de cerveza”, según dijo el presidente de la Junta Nacional de Drogas y prosecretario de la Presidencia de la República, Diego Cánepa.
Entre dependientes y consumidores problemáticos en Uruguay hay 300.000 personas que poseen adicción al alcohol y los jóvenes son visualizados generalmente como la franja más preocupante a tratar.
Si bien es cierto que en la mayoría de los casos los jóvenes no son dependientes, muchos comienzan a generar hábitos de consumo que luego pueden arrastrar durante su vida y dar lugar a situaciones más graves. Y aunque está prohibida la venta de alcohol a menores de 18 años, no es menos cierto que existen dificultades para la fiscalización y no son pocos los lugares y oportunidades en los que tienen acceso a bebidas alcohólicas.
Por otra parte, debido a la incidencia del alcohol en los accidentes de tránsito, la semana próxima la Unidad Nacional de Seguridad Vial (Unasev) con respaldo de la Presidencia de la República, presentará al Parlamento un proyecto de ley para exigir cero alcohol en sangre a todos los conductores. Actualmente ese requisito sólo lo tienen los conductores profesionales, en tanto que en los demás casos se admite hasta 0,3 gramos por litro de sangre.
Ambas cosas, el combate al uso abusivo de alcohol, fundamentalmente en la juventud, y la prohibición absoluta de tomar bebidas alcohólicas si se conduce un vehículo son absolutamente necesarias si juzgamos a partir de los datos de la realidad. Pero más importante no descuidar y asignar los recursos necesarios a la fiscalización porque cuando los controles son malos o insuficientes, toda norma que pueda inventar no sirve de nada.