Locales | 08 May Vecinos del casco viejo de pueblo Soto no tienen suministro de agua potable. Se trata de 21 familias que desde hace un par de años tienen dificultades para acceder al servicio que era prestado cada 15 días por la ex Junta Local de Quebracho, y en algún momento por la Junta de Cerro Chato.
EL TELEGRAFO constató que estas familias incluyen a 7 adultos mayores y 20 niños. Ante la situación, los vecinos extraen agua de un afluente del arroyo Soto, que al decir de algunos habitantes está contaminado y el agua solo puede utilizarse para el lavado de ropa y otras prestaciones, pero no para consumo humano. En tanto, otros vecinos acarrean agua desde el arroyo Buricayupí, también tomando precauciones al momento de usarla. Ante la preocupación de los vecinos, el edil del partido colorado Jorge Boffano presentó una moción ante la Junta Departamental para que las autoridades competentes resuelvan dicha problemática.
La falta de agua ha llevado a que algunos vecinos se planteen la posibilidad de vender sus chacras, por entender que la situación difícilmente se resolverá a la brevedad.
La problemática se arrastra desde hace dos años y si bien el camión cisterna de la ex Junta Local de Quebracho asistía periódicamente a los pobladores, actualmente el servicio llega a una sola familia, en tanto la última entrega se realizó hace unos quince días.
Mientras la mayoría de los pozos se han secado, la preocupación radica en la calidad del agua que se extrae desde las cañadas y arroyos, en tanto algunos vecinos la obtienen en la Escuela 64 del referido centro poblado. Mientras tanto, solamente el complejo Mevir está abastecido, ya que extrae el agua de un pozo semisurgente con bomba eléctrica.