Opinion | 11 May El aeropuerto internacional Tydeo Larre Borges de nuestra ciudad ha superado las cuarenta operaciones internacionales en lo que va del año, es decir atendiendo a aquellas aeronaves que provenientes del exterior ingresan a nuestro país por la terminal aérea sanducera. Y lo hacen porque aquí pueden realizar los trámites de Aduana y de Migraciones, quedando posteriormente autorizados a trasladarse a cualquier otra parte del territorio nacional.
No se trata de aeronaves de línea -comerciales- sino de pequeño y mediano porte afectados a viajes de aero-taxis. En general transportan a empresarios o a especialistas técnicos que llegan al Uruguay para atender sus negocios o para realizar inspecciones o reparaciones en aparatos de alta tecnología de las empresas de la zona.
Nuestro aeropuerto cuenta con todos los elementos necesarios para este tipo de operaciones, en sus dos pistas, las 02 y la 20, y con la tecnología necesaria para guiar el decolaje o aterrizaje de las aeronaves. Asimismo, desde la ciudad de Paysandú se traslada cada vez que se necesita personal de Aduanas y de Migraciones, esto es no hay personal permanente de estas reparticiones en el aeropuerto. Todo se realiza de una manera coordinada y permite un trabajo eficaz de las reparticiones estatales y un tratamiento adecuado a quienes ingresan a nuestro país por la terminal aérea sanducera.
Dicho esto, queda en evidencia la eficaz labor que cumple la terminal aérea internacional sanducera y al mismo tiempo la necesidad de mercado que satisface. Todo lo que se puede apreciar es que Uruguay necesita una terminal aérea internacional en Paysandú.
La idea de quitarle a nuestro aeropuerto su carácter internacional simplemente no tiene asidero y resultaría perjudicial para un mercado al que el país no puede darle la espalda, el empresarial. Éste disfruta especialmente de una terminal aérea que no está ocupada por vuelos comerciales, aunque sin dudas nuestro aeropuerto puede atenderlos si volvieran a establecerse líneas aéreas, en la cual rápidamente puede cumplir con los requerimientos de ingreso y del mismo modo continuar viaje, cualquiera sea su destino en la zona.
Los números sostienen sin margen de error que en los últimos años se ha aumentado el tráfico internacional en el Tydeo Larre Borges. Sin pausas. Año a año. La lógica sostiene que cuando ello sucede, en lugar de pensar en reducir la capacidad del aeropuerto, debe pensarse en cómo brindar mayores facilidades y servicios al segmento de vuelos internacionales que se atiende. Todo reafirma que nuestro aeropuerto no puede perder su carácter internacional.