Opinion | 20 May Un millón seiscientos mil uruguayos son usuarios de Internet de acuerdo a cifras oficiales dadas a conocer por Antel en marzo pasado en tanto el 69% de los hogares uruguayos cuenta con al menos una computadora, lo que incluye los hogares de nivel social bajo a los que se les entregó las computadoras del Plan Ceibal. Para una población estimada de algo mas de 3.300.000, la cifra es francamente impresionante. La mitad de la población --sin discriminar por edades o nivel socio económico-- se conecta a Internet de manera frecuente.
Muy lejos aun de la cantidad de usuarios en relación a la población de Estados Unidos (75%) pero al mismo tiempo muy por encima de países como China, Brasil y México, la población uruguaya se ha habituado al uso de Internet, la mayor biblioteca jamás soñada por el ser humano, que no está exenta de peligros, pero que permite llegar a un sin fin de información con relativo poco esfuerzo, dependiendo de la experiencia en tareas de búsqueda.
El pasado 17 se celebró el Día Internacional de Internet, reconocido por las Naciones Unidas. La fecha pretende llamar la atención a la gran herramienta que esta red sin límites tiene, pero al mismo tiempo sirve para reflexionar sobre su uso sin las debidas precauciones.
Su carácter libre permite que cualquier persona pueda publicar contenidos. Estos pueden entonces tener cualquier objetivo, desde ideológicos hasta delictivos. Eso implica tomar las debidas precauciones, pues al mismo tiempo que publica contenidos muy serios, también contiene engañosos.
Esto, en Uruguay, cobra especial relevancia pues de acuerdo a Antel, el 87% de los niños de entre 6 y 11 años son usuarios de Internet. Sin dudas, una muy buena cifra, pero que exige que los padres y educadores redoblen el esfuerzo para por un lado evitar que usen sitios engañosos o pornográficos, pero fundamentalmente para enseñarles un uso serio y sano de Internet. Es una población que necesita claramente usar Internet, pues en el futuro el porcentaje de uso será muy cercano al 100% en la mayoría de los países, pero no es cuestión de dejar a nuestros niños sin el apoyo imprescindible. Hay un uso malicioso de la red, desde pedófilos hasta quienes trastocan la historia o exponen perversas ideologías.
Nuestros niños deben saber utilizar eficazmente Internet y al mismo tiempo conocer sus peligros, que nada tienen de “virtual”. Solo así podrán disfrutarla y sacarle verdadero provecho. Y en esa tarea, necesitan el apoyo de sus mayores, que no utilizan la red con igual cotidianidad, pero que deben reafirmar su papel como guías y educadores de los más pequeños.