Paysandú, Viernes 20 de Mayo de 2011
Locales | 20 May Cerro Chato -ubicado 87 kilómetros y medio al noreste de Paysandú ciudad-- cuenta con dos complejos Mevir y el casco viejo. Según el Monitor Educativo, el contexto socio económico de la localidad es muy desfavorable: familias con muchos hijos y, en general, mujeres que han quedado solas.
En el centro poblado hubo dos proyectos que significaron un síntoma de desarrollo: Aldeas Infantiles SOS (que ya no está), y una radio comunitaria que por estos días transmite, pero en forma intermitente, ya que el grupo de jóvenes a cargo no reciben el estímulo del comienzo. Actualmente la radio se usa para comunicar las visitas médicas al pueblo y los llamados para los turnos de las empresas que operan en la zona.
La Escuela también utiliza un espacio para incentivar la oralidad en los niños, en tanto un exalumno estuvo a cargo de la coordinación de contenidos de la emisora. En cuanto a Aldeas Infantiles SOS, según algunos testimonios, la gente perdió el interés y cerró a fines del año pasado. A la Escuela 16 concurren 161 niños, procedentes básicamente de diferentes puntos del centro poblado, que incluye a los dos complejos Mevir y el casco viejo, con sus zona de chacras.
En estos campos se produce básicamente maní y existen pequeños predios donde se cultivan boniatos y zapallos. Las plantaciones de citrus y la forestación tienen cierto grado de desarrollo, pero también se trata de trabajos zafrales.
En cuanto a la Escuela, los docentes que allí dictan clases intentan preparar al niño para continuar los estudios.
El centro educativo cuenta hasta Noveno grado, equivalente a Tercer año de ciclo básico, y representa el epicentro de actividad social. La maestra directora, Cristina Páez, aseguró que “una vez que el niño llega a Noveno, se trata de motivarlo para que continúe con los estudios, aunque no resulta tarea fácil. Y si bien es complicado, el año pasado se consiguieron varias becas para que pudieran continuar con el liceo, teniendo en cuenta que sus realidades económicas no les permiten avanzar mucho con su preparación. A veces resulta complejo convencer a los padres de la importancia que tiene para estos niños el poder seguir estudiando. Creo que no le dan el valor que estas cosas tienen para la formación de una persona”.
En cuanto al proyecto de Aldeas Infantiles, Páez cree que dejó de funcionar por el desinterés de la gente. “Esos proyectos funcionan con gente que ayude a cocinar, a limpiar y es todo honorario, y es difícil conseguir gente acá que se comprometa”. Dijo que “la radio comunitaria significaba mucho para ellos (los niños), porque desde que se levantaban y durante todo el día contaban con un medio de comunicación. A la Escuela le servía un montón, porque si tenías un comunicado o un aviso podías contar con esa herramienta que tenía mucho valor para todos nosotros. Ahora estamos alentando un proyecto curricular para que los niños puedan incentivar la oralidad y para que aprendan hablar. Tenemos a un muchacho que es exalumno que hizo un curso de locución y nos enseña cómo respirar, qué postura adoptar para mejorar la dicción. Se trata de otorgar ciertas herramientas para que los niños puedan salir a hacer algo y ser alguien”, agregó.
En este centro poblado, la realidad golpea y es muy difícil enfrentarla. Definitivamente el maestro sigue siendo el referente y el establecimiento escolar el único centro de reuniones. Allí se desarrollan encuentros, festivales y quermeses.
En Cerro Chato la pobreza condiciona y compromete el futuro, mientras los docentes ratifican su compromiso de seguir educando, con la expectativa de cambiar esta realidad.
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