Rurales | 21 May No fue un planteo más. Indudablemente fue una mala experiencia para una integrante del grupo que, habiéndose presentado a uno de los planes del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), no recibió el dinero que debía por el subsidio correspondiente, e incluso no recibió tampoco la ración para su ganado en la última sequía.
Es el caso de Karina Blanc, quien se presentó con un proyecto al Plan de Apoyo a la Cría Vacuna, cumplió todos los requisitos y su iniciativa fue aprobada, que era por un total de U$S 3500, de los cuales le correspondía un subsidio de U$S 2.800, pero el monto del subsidio que se le dio fue de U$S 600 dólares. La productora indicó a EL TELEGRAFO que “después de muchas llamadas y pedidos de explicación, lo único que se sacó en limpio es que no se le otorgó todo el subsidio por considerarla una muy pequeña productora, que no sería sustentable en el tiempo. Y para rematar el tema, cuando vinieron las raciones por la ultima sequía que nos golpeó, no nos correspondió ración para vacas porque se suponía que ya había comprado con el dinero del proyecto, que si bien fue aprobado nunca recibió. Son cosas importantes de rever y decidir qué criterios va usar el MGAP cuando da apoyo a productores”, dijo.
Endeudamiento
Entre los temas presentados a Garín, también se encuentra el caso de dos integrantes del grupo Paso de los Carros, con problemas de endeudamiento bancario “generados en otros tiempos y con otras políticas que hoy no vamos a discutir”, indicaron. Pero el planteo es que si a los productores “en el momento que se pasaron las deudas a Afisa, para limpiar el BROU de créditos incobrables, se les hubieran ofrecido en las mismas condiciones (un 30 o 40 % de su valor) muchos hubieran pagado, saneando su situación y recuperando el Banco el mismo dinero. Y sabido es que la gran mayoría de los productores --por no decir la totalidad-- que han arreglado sus deudas con el Banco, fue por quitas importantes”.
Establecieron que “hoy tenemos el problema de los que están embargados genéricamente, con la imposibilidad económica de pagar y llevando a cuestas un embargo que no les permite desarrollarse de ninguna manera. Este es el caso de nuestros compañeros, que no están muertos, siguen peleando, trabajando a nombre de los hijos, amigos, u otras sociedades; esperando la oportunidad de poder arreglar, pues a nadie o a la inmensa mayoría le gusta deber, no deben por gusto y gana, y están esperando la oportunidad de poder pagar”.
Además, expresaron que “hoy estamos en un buen momento comercial, donde nuestra producción tiene buenos valores, por lo cual nos atrevemos a decir que si se ofrecieran condiciones de pago que permitan hacerlo sin desmantelar por completo el aparato productivo, quedaría muy poca gente en mora. Lo que nos daría un agro más fuerte y con más actores en la economía del mismo”.