Deportes | 06 Jun Peñarol inicia hoy una semana por demás importante, teniendo en cuenta que el miércoles volverá a protagonizar una final de la Copa Libertadores, la primera desde 1987, cuando fue finalmente campeón.
Los orientados por Diego Aguirre viven un presente soñado y solo piensan en dar los dos últimos pasos que le permitan a Peñarol volver a codearse con la gloria, alzándose con su sexta Libertadores.
La final de este 2011 será nada menos que ante el Santos, el equipo brasileño que dejó por el camino a Cerro Porteño en semifinales, por lo que se reeditará la final de la Libertadores de 1962, cuando el equipo blanco se impuso finalmente en la definición al ganar el primer partido en Montevideo por 2 a 1, perder en Brasil por 3 a 2, e imponerse en una finalísima disputada en Buenos Aires por 3 a 0.
Esta versión 2011 de Peñarol ha dejado en claro que puede pelear por el título. Los carboneros han ido de menos a más a lo largo de la Copa, al punto que hoy son finalistas pese a un catastrófico debut ante Independiente, en Buenos Aires, con una derrota por 3 a 0. A lo largo de su participación en el Grupo 3, Peñarol derrotó a Godoy Cruz en los dos partidos (3 a 1 de visita y 2 a 1 como local), venció a Liga de Quito en Montevideo por 1 a0, pero sufrió una durísima derrota en Ecuador, donde perdió 5 a 0. En su última presentación, ya clasificado, volvió a caer ante Independiente, esta vez como local y por 1 a 0.
Lo cierto es que los resultados logrados a lo largo de su participación en la primera fase no permitían imaginar que Peñarol sería finalista de la Libertadores. Pero lo cierto es que los carboneros fueron superando duros escollos.
Ya en octavos de final, dieron el batacazo al eliminar al último campeón, Internacional, con el que empató de local y al que derrotó por 2 a 1 de visita.
Luego fue tiempo de dejar por el camino a los chilenos de Universidad Católica, ganando por 2 a 0 en Montevideo y perdiendo por 2 a 1 en tierras trasandinas.
Ya en semifinales, Peñarol tenía que enfrentarse a un equipo que venía con viento en la camiseta, habiendo ganado los dos partidos de octavos de final y de cuartos. Y si bien Peñarol ganó por 1 a 0 en Montevideo, tuvo que sufrir en Buenos Aires, donde cayó por 2 a 1 clasificándose finalista de la 52ª edición de la Libertadores.
El camino recorrido por los carboneros fue dispar y complicado, sin brillo. ¿Cuál fue entonces el secreto para estar definiendo el torneo, cuando solo los hinchas podían soñar con este presente? La planificación del técnico Diego Aguirre, que supo tomar nota de las dolorosas derrotas sufridas en la primera parte del torneo, que le permitieron, nada más y nada menos, que darse cuenta de cuál era el potencial real del equipo pensando en lo que se venía. Pero, por sobre todas las cosas, aquellos resultados inesperados permitieron al entrenador darse cuenta de las limitaciones del equipo para afrontar una competencia internacional.
Así fue como Peñarol supo cuál era la manera de poder sacar cabeza ante rivales en los papeles más poderosos, y supo además volcar a su favor esta reglamentación de que el gol de visitante puede valer doble.
Es decir que, tras esa primera fase, se tuvo en claro que no había que recibir goles de visitante, y había que intentar marcar al salir al exterior.
Claro está, el objetivo era claro, pero lo complicado siempre es poder alcanzarlo. Y cuando no pudo cumplir con esa premisa, supo hacerse fuerte anímicamente y aprovechar la desesperación del rival para sacar el resultado necesario.
Además, y es justo destacarlo, este Peñarol ha tenido a su favor ese factor suerte que siempre necesita un equipo que tiene aspiraciones a pelear cosas importantes.
Ahora se vienen las finales. Dos partidos (el gol de visita no valdrá doble) ante un equipo importante, que juega buen fútbol y que, en lo previo, podría considerarse favorito.
Pero este equipo de Diego Aguirre tiene armas como para poder marcar la diferencia. Primero, porque tiene muy claro qué es lo que tiene que hacer para poder dar el gran salto.
Y segundo, porque si bien Santos tiene jugadores importantes, puede decirse que se trata de un equipo joven, sobre el que los carboneros pueden sacar ventaja en cuanto a la experiencia.