Paysandú, Martes 07 de Junio de 2011
Locales | 31 May Un número no determinado de padrones baldíos que no son limpiados periódicamente por sus propietarios se han convertido en “endémicos” espacios de suciedad, donde la maleza crece sin control y genera problemas a los padrones vecinos, al tiempo que el sistema de multas no es efectivo, pues esos padrones hace años que dejaron de pagar la Contribución Inmobiliaria Urbana.
La Intendencia de Paysandú, a través de la Dirección de Higiene, controla durante todo el año la limpieza de los terrenos baldíos, pues en la medida que no se encuentran habitados, fácilmente son cubiertos por maleza y se convierten en hábitat de roedores y otros animales.
“El procedimiento está regulado por la Ordenanza de Limpieza Pública, la número 7494, que establece la obligación que tienen los propietarios de mantener limpios los terrenos baldíos”, destacó el director de Higiene, Jorge Ziminov. “Habitualmente llegamos a un predio baldío sucio por inspección ocular del inspector o por denuncia de vecinos” agregó y destacó que el procedimiento posterior para la aplicación de intimaciones o multas “no siempre es sencillo, porque a veces se desconoce el verdadero propietario del padrón”.
La Dirección Nacional de Catastro tiene el registro maestro de padrones, al que accede la Intendencia de Paysandú, que solamente obtiene el número de padrón y no la identificación de su propietario. Por otra parte, el registro con que cuenta la Intendencia es la base de datos de la Contribución Inmobiliaria, pero “pasa que el nombre que aparece no es el del propietario real, pues se produjo una venta, por ejemplo”, dijo Ziminov. “Nuestra obligación es intimar primero y multar si corresponde después al verdadero propietario. Entonces a veces por vecinos determinamos el dueño. Otras veces hay un cartel de venta y vamos a la inmobiliaria en busca de los datos. Tenemos que ser muy cuidadosos para no multar a la persona equivocada. Es realmente complejo el tema, aunque parezca muy simple”, explicó.
Cuando se detecta un baldío sin apropiada limpieza, y se ubica a su propietario, se le efectúa una intimación para que lo limpie en un plazo de 15 días, transcurrido el cual se le impone una primera multa, de 10 UR (5.116 pesos), y se le otorgan otras dos semanas para limpiar. Si no se cumple, la multa se duplica a 20 UR (10.232 pesos).
Si la multa no se paga, “el monto pasa al de la Contribución Inmobiliaria”, pero eso ocurre solamente en aquellos casos en que “se identifica al dueño y éste firma los formularios. Si el trámite está firmado, la multa se adiciona a la Contribución”, explicó Ziminov.
Eso hace que haya una “buena cantidad de padrones sucios que no hemos encontrado a sus propietarios y que cuando vemos el registro de Contribución, comprobamos que hace años que dejaron de pagarla. Son situaciones complejas”. Éstas solamente pueden resolverse por la vía judicial, que de todas maneras tampoco asegura “ni que los terrenos sean limpiados ni que las multas sean pagadas”. Después de la tercera intimación o multa “la Intendencia puede tener acceso a la limpieza de los terrenos y los gastos generados cargarlos a la Contribución Inmobiliaria”.
La Dirección de Higiene es la encargada de fiscalizar y aplicar intimaciones y multas, pero cuando se deben cumplir tareas de limpieza, delega la tarea al Departamento de Obras y dentro del mismo a la Dirección de Paseos Públicos.
Entre las zonas de “mayor preocupación” se destaca “la de Juncal al sur de avenida Soriano, donde solamente se podrían limpiar esos terrenos si se cuenta con maquinaria pesada, como la recién incorporada excavadora de cadenas, que sería ideal para cumplir de manera rápida y eficiente la tarea”, concluyó Ziminov.
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