Deportes | 03 Jun Sufrió más de la cuenta, mucho más de lo que merecía. Porque se plantó de igual a igual, porque tuvo en claro que más allá de correr con la ventaja que le daba el partido de ida, sabía que tenía que salir a ofender, a sellar la clasificación y terminar por pasarle toda la presión al rival.
Pero el querer sellar la clasificación, el defenderse con uñas y dientes en los últimos minutos del partido para sellar una derrota por 2 a 1, casi le juega en contra después de haber protagonizado un gran partido.
Eso sí, la receta terminó siendo la indicada: Peñarol es finalista de la Copa Libertadores y enfrentará al Santos de Brasil, luego de haber conseguido la clasificación, pese a la caída, en Liniers y ante Vélez.
Los carboneros tuvieron bien aprendido el libreto, sabiendo que eso podía dejarlos otra vez cara a cara con la gloria, en el camino correcto para alcanzar su sexta Copa.
Y, en se contexto, se plantó de igual a igual ante el equipo argentino, al punto de que cuando muchos esperaban que saliera a cuidar el 1-0 a favor del partido de ida, este Peñarol que es consciente de sus virtudes, así como también de sus limitaciones, fue el que tuvo las chances más claras para abrir el marcador.
Estuvo cerca en un par de ocasiones, mientras que Vélez tuvo una oportunidad antes que de Mier, tras una buena jugada, recibiera de un brillante Martinuccio para poner arriba a su equipo.
El gol de Peñarol terminaba por prácticamente derrumbar a un Vélez que sintió la salida por lesión de Cubero, y que debía anotar tres goles para poder seguir de largo. Y le pasó al rival toda la responsabilidad.
Vélez no le encontraba la vuelta más allá de que se le anuló un gol lícito, aunque poco después llegó la igualdad con la que se fueron al descanso.
El local estuvo cerca de seguir de largo comenzado el complemento, aunque  Peñarol todavía respondía sabiendo que podía aprovechar los espacios, al punto que Olivera bien pudo sellar la clasificación.
Pero Silva le puso más emoción aun a un partidazo.
Vélez quería más pese a quedarse con un jugador menos, y buscó alcanzar ese gol que le diera la clasificación ante un Peñarol que se cerró bien en defensa, y que contó con esa cuota de suerte que dicen deben tener los equipos que están destinados a codearse con la gloria: Silva se patinó a la hora de rematar un penal que podía darle la clasificación a los argentinos, y mandó la pelota a las nubes.
Después fue el ir de Vélez mientras el rival se aferraba al resultado que le permitía llegar otra vez, desde aquel 1987, a disputar una final de Copa.
El equipo de Diego Aguirre selló el pasaje costoso, aunque no debió serlo tanto. Pero, más allá de todo, está en la final. Está a 180 minutos de tocar el cielo con las manos.
Vélez 2 Peñarol 1
Escenario: Estadio Amalfitani. Arbitros: Enrique Osses, Francisco Mondría y Patricio Basualto (Chile).
Vélez: Marcelo Barovero, Fabián Cubero (13’ Fernando Tobio), Sebastián Domínguez, Fernando Ortiz, Emiliano Papa; Augusto Fernández, Héctor Canteros, Víctor Zapata (87’ David Zapata); Maximiliano Moralez (60’ Ricardo Alvarez); Juan Manuel Martínez y Santiago Silva. DT: Ricardo Gareca.
Peñarol: Sebastián Sosa, Alejandro González, Carlos Valdez, Guillermo Rodríguez, Darío Rodríguez; Matías Corujo, Nicolás Freitas, Luis Aguiar, Matías Mier (70’ Fabián Estoyanoff);  Juan Manuel Olivera y Alejandro Martinuccio (82’ Emiliano Albín). DT: Diego Aguirre.
Goles: 34’ Matías Mier, 45’ Fernando Tobio, 67’ Santiago Silva.
Expulsado: 69’ Fernando Ortiz.
Incidencia: Santiago Silva erró un penal (74’).