Paysandú, Martes 07 de Junio de 2011
Opinion | 06 Jun Recientemente el ministro de Transporte y Obras Públicas, Enrique Pintado, dio posesión de sus cargos a los nuevos integrantes del Instituto Nacional de Logística (Inalog), creado por ley 18.697 con el objetivo de promover la eficiencia y profesionalización del sector logístico, así como su desarrollo mediante la investigación, extensión y divulgación, además de asesorar al Poder Ejecutivo en temas de comercio, transporte, aduana y asuntos fiscales.
En este acto Pintado aseguró que Uruguay ha alcanzado un nivel de desarrollo que hace impostergable el abordaje de estos temas conexos al comercio y que involucran a numerosos actores de la sociedad. “Hoy la gente empieza a captar que la logística es algo importante, que se trata de un puente entre la producción y el mercado” reflexionó. Precisamente la idea del secretario de estado es convocar para el 10 de este mes, junto con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), a las organizaciones políticas, empresarios y trabajadores a una instancia de diálogo con la que se pretende dar el puntapié inicial al Uruguay Logístico 2030, cuando se aspira a que el Uruguay esté en pleno desarrollo logístico.
Siempre es buen momento para mejorar la logística, por supuesto, pero el tema ha cobrado sobre todo vital importancia cuando se está dando en la interna de la fuerza de gobierno la discusión sobre los destinos de los ingresos provenientes de la bonanza que nos favorece por el comercio internacional de nuestros productos de exportación, y cuando acaba de ser aprobada la Ley de Participación Público Privada (PPP).
Debe tenerse siempre presente la apuesta de nuestro país al desarrollo de la venta de productos logísticos, lo que requiere sensibles inversiones en infraestructura, sobre todo en lo que refiere al transporte multimodal e incorporación de tecnología, y que la región como polo mundial de productor de alimentos deberá en los próximos diez años cubrir fundamentalmente las necesidades crecientes de una clase media china que sumará unos 400 millones de consumidores.
Es que logística, como definición, significa el puente entre la producción y el mercado, por lo que la eficiencia de este sector es fundamental en el esquema de competitividad de los sectores productivos como elemento facilitador del acceso a los destinos de nuestros productos.
Y cuando hablamos de infraestructura imprescindible para el desarrollo es impensable dejar todo en manos del Estado, por lo que debe promoverse una interacción profunda entre los actores público y privado en todos sus aspectos, particularmente en el transporte, por lo que la incorporación de infraestructura es un aspecto sustancial a la hora de la instrumentación de la Ley de Participación Público Privada, como herramienta removedora.
La logística requiere alcanzar una visión integral del sector y mejorar los niveles de eficiencia, y pese a que la complementariedad entre los sectores públicos y privado ha avanzado en los últimos años, es preciso seguir desarrollando infraestructura, capacitar recursos humanos y trabajar en promoción a efectos de lograr expansión y reducir costos para competir en la colocación de productos en el exterior.
En nuestro país es innegable que gran parte del potencial logístico a desarrollar se encuentra en el corredor del río Uruguay, a través de los puertos de Nueva Palmira, Fray Bentos y Paysandú, incluyendo la complementariedad con Concepción del Uruguay, que se apresta a lanzarse a una nueva etapa de desarrollo mediante la captación de cargas provenientes del Paraguay por ferrocarril para su enlace fluvial con el puerto de Montevideo, y desde ahí salir a destinos de ultramar.
Tras haberse superado el conflicto con los activistas de Gualeguaychú, Argentina ha dado muestras de interés en participar en el dragado de este curso de agua y con este fin ha firmado un convenio con nuestro país, en el que se han establecido las pautas de trabajo. Además, desde Concepción del Uruguay y con muy buena respuesta en ambas márgenes, se está impulsando la Hidrovía del Río Uruguay, a cuyos efectos se ha recreado el Comité Binacional de la Hidrovía, con el apoyo de la gobernación entrerriana y el gobierno nacional, así como gobiernos departamentales, organismos binacionales y nacionales y actores privados, a la vez de iniciarse en estos días el denominado dragado de emergencia.
Paralelamente, la instrumentación del Plan Estratégico hacia 2030, apuntando a situar a Uruguay como polo logístico regional enmarcado en una política de Estado contaría con el apoyo financiero del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para los planes logísticos, en especial respecto a la renovación del sistema ferroviario y el proyecto de puerto de aguas profundas en Rocha.
Indudablemente ello conlleva la decisión política de efectivamente avanzar en la participación de privados en asociación con el Estado a efectos de concretar las grandes inversiones necesarias para cumplir con estos objetivos, para lo que es fundamental dejar de lado los cortoplacismos y tradicionales visiones político-electorales negativas para el país, que venimos arrastrando como contrapeso desde hace décadas.
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