Paysandú, Viernes 10 de Junio de 2011
Locales | 03 Jun Un grupo de vecinos de pueblo Orgoroso se dedica a recolectar hongos comestibles. Se trata de una actividad que se desarrolla básicamente en los montes de la zona del referido centro poblado. Desde los más jóvenes hasta los adultos mayores, todos intervienen en una actividad que los mantiene activos y constituye además una fuente de ingresos.
El trabajo se divide en dos zafras: la de otoño --en plena ejecución-- y la de primavera. Precisamente, cuando EL TELEGRAFO visitó el lugar, los vecinos estaban en plena jornada laboral.
La recolección se hace fundamentalmente en los montes de eucaliptos y comenzó hace unos ocho años, cuando varias familias adoptaron esta particular modalidad laboral. Con el tiempo se fue sumando más gente y hoy casi todo el pueblo recolecta hongos.
Teresa Barale --también dedicada a la recolección-- dijo que “se trata de una actividad que ha ido creciendo en el pueblo. Hoy tenemos la posibilidad de comercializarlos y los vendemos por kilo aquí mismo en Orgoroso, a una persona que a su vez los coloca en otros mercados, básicamente Montevideo”.
La tarea se desarrolla en campos privados, con correspondiente autorización, y constituye una interesante opción de trabajo.
Según nos explicaron, dos personas pueden obtener por día un poco más de 200 kilos de hongos, que se entregan al comprador tal como se cortan, pero debidamente acondicionados. Los tamaños pueden variar entre 5 y 20 centímetros.
El procedimiento es manual, utilizándose un cuchillo.
Los vecinos aseguraron que “hay que tener cuidado en dejar la raíz entera, para que la semilla vuelva a prender. Si bien son dos zafras, la de otoño es la más grande y la que mejor rendimiento genera. Ello se debe a la humedad de la tierra y las lluvias de época. Cuando sale el Sol el hongo se regenera con más fuerza y rapidez. Mientras tanto, la escasez de humedad en setiembre hace que pese menos y el rinde resulte menor”.
Los vecinos recorren importantes distancias, entre 5 y 10 kilómetros a la redonda, para hallar hongos.
La mayoría lo hace a pie o en bicicleta, mientras que otros ingresan al monte en automóvil.
Respecto a la remuneración, no se mostraron muy conformes, pero igualmente redoblan el esfuerzo y confían en la llegada de tiempos mejores.
Para determinar qué hongos son comestibles, estos recolectores acudieron a charlas informativas, donde aprendieron a identificar las variedades.
Estos vecinos de Orgoroso imaginan que la recolección de hongos, en un futuro no tan lejano, será una actividad con mayor desarrollo. Si bien la modalidad implica grandes sacrificios, confían en que eventualmente generará mayores retribuciones.
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