Rurales | 06 Jun Denominarla la cabaña bicampeona en marchas puede resultar un adjetivo más, si se tiene en cuenta que en los últimos nueve años ganó cuatro, se ubicó segunda en otras tantas y abandonó en una prueba. Es que “El Rumbo”, la cabaña de la zona de Constancia de Gustavo Souza, es sin dudas una de las principales protagonistas en la última década de la máxima prueba de resistencia de la raza criolla. Gonzalo Souza, hijo de Gustavo, es tradicionalmente el jinete de la cabaña que dedica parte de su vida a entrenarlos en la actividad diaria del establecimiento, demostrando que son animales de campo y de una guapeza y resistencia envidiable. “Me identifico por criar Criollos más grandes que el de la morfología o el que le gusta criar a otros”, señaló en diálogo con EL TELEGRAFO. Agregó que “los animales míos son superiores en kilaje, grandes. Esto sucede porque en lo personal peso en el entorno de 85 kilos, con el recado me voy a 100. Además llevo habitualmente maleta con curabichera, lazo, la capa de encerado cuando llueve. Los campos no son chicos y los trayectos son largos, por eso busco un caballo de trabajo y no deportivo”, dijo.
Entiende que generalmente el Enduro “es el primer paso para ir a las marchas.
Allí se conoce el caballo y se lo va entrenando con las campereadas que se realizan. De ahí pasan a las marchas en donde se ven estos resultados”, acotó el jinete sanducero. Respecto a la marcha que finalizó ayer tras recorrer 750 kilómetros, manifestó que “tuvimos problemas en la lima sorda --así se le conoce a la etapa posterior al descanso--. Se desgarró la yegua y las primeras etapas libres largamos con ese problema en el animal. Después quedó muy manca y al mediodía del viernes, tras arribar de una de las pruebas libres revienta el bazo. Para quienes saben, el dolor que eso significa es imponente. Por eso en la tarde salimos a aguantar y el sábado fueron etapas muy difíciles porque la yegua estaba muy dolorida, incluso había que empujarla para que salga del galpón”, precisó. Aclaró que este domingo la situación cambió, ya que “la yegua estaba imponente y ganó sin inconvenientes”.
Expectativas
Gonzalo Souza tenía expectativas de ganarla “por ser ésta la zona de las raíces de mis abuelos y padres, además de ser una referencia para cualquier poblador de esta región, que conoce los marca víbora de toda la vida, y la gran mayoría ha ensillado o domado un marca víbora”.
“Desde 1840 en adelante que se conocen las sangres de nuestros caballos”, aclaró Gustavo Souza, y “siempre criando Criollos funcionales”. Acotó que “hacemos mayor hincapié en las madres que los padres, porque siempre los vientres son más probados que los machos, y sabemos que de tal madre obtendremos determinado animal”.
“El Rumbo” también participó con otra yegua de la cabaña: “Totora Rumbeadora”, una rosilla de nueve años que tuvo como jinete a Ignacio Santayana, que con sus 67 años logró la sexta ubicación y terminó con el animal que presentó los mejores aplomos. Sin dudas, una exitosa marcha para el experimentado jinete. No ocultó su satisfacción por la excelente actuación de la cabaña sanducera “María Cecilia”, que participó de la prueba, porque “es una señal de que los padrillos de ‘El Rumbo’ están dando, y eso es importante”. El padre de la yegua de la cabaña de Eduardo Mattiauda es hermano entero de la ganadora de esta Marcha 2011.